Una de las particularidades de este obsequio es que el libro no es comercializado en Argentina debido a las trabas en las importaciones que puso el país a Uruguay hace cuatro años.
Así lo afirmó Martín Fernández Buffoni, director editorial de Casa Editorial Hum y de Estuario Editora, responsable de la edición de «Los Estados Continentales y el Mercosur». En cuanto a estas limitaciones, Fernández opinó que deberían existir excepciones. «Así no funciona el mundo, al menos en cultura no deberían existir ese tipo de trabas», expresó en diálogo con El Observador.
Durante el encuentro con el sumo pontífice, la presidenta Cristina Fernández, hizo entrega de varios obsequios al papa Francisco. Uno de ellos fue un ejemplar del libro «Los Estados Continentales y el Mercosur», del pensador uruguayo Alberto Methol Ferré, según informó la agencia argentina de noticias Télam.
Methol Ferré fue un filósofo, teólogo, ensayista, docente de historia e historiador, cuyo principal foco de interés fue América Latina. Según la biografía desarrollada en su sitio web, el concepto de Estados Continentales llamaron la atención a Methol desde muy joven luego de leer un artículo y escuchar una conferencia de Juan Domingo Perón sobre el tema.
«El rol histórico de los Estados Continentales industriales como sustitutos del protagonismo de los viejos pequeños Estados Nación ilumina desde entonces el pensamiento de Methol. A partir de ésta visión el hispanoamericanismo y el latinoamericanismo con los que ya había tomado contacto adquieren una lógica histórica nueva», subraya.
Además del libro, la mandataria le entregó al papa Francisco un cuadro del artista plástico argentino Eugenio Cuttica en homenaje al obispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 en su país por su compromiso con los pobres y que fue beatificado este año por el sumo pontífice.
También le regaló una copia del Martín Fierro, dos bajorrelieves (uno de la Virgen de Luján y otro con un retrato del pontífice) y una canasta con productos nacionales.
A cambio, Francisco le obsequió un ícono de la Virgen de la Ternura, de la Catedral de Vladimir (Siglo XI).
Fuente: El Observador (Uruguay)
