Cuando la improvisación vence al tiempo

Todavía no pudieron sacar el resto náufrago de 10 toneladas enterrado en el canal principal.No hay equipos en este puerto para poder extraerlo.

La etapa final del dragado de la boca de acceso del puerto marplatense sigue sumando contratiempos que dejan en evidencia la precariedad de los controles que se hicieron en la verificación de dragados anteriores.

La idea de la UTE que se encarga del dragado, de poder tener el trabajo terminado antes que termine el mes de diciembre, se vio interrumpida por un escollo que surgió en el fondo del canal principal.

Tal como informó REVISTA PUERTO días atrás, la draga descubrió un resto náufrago de proporciones tales que motivo el trabajo del equipo de buzos de Canal y Canal, la empresa de salvamento y buceo, para tener una radiografía del obstáculo que impedía el normal desarrollo de la obra.

Lo que al principio del trabajo de desenterramiento se presumía que era una campana, perteneciente a una de las dragas que trabajó en el dragado y refulado del puerto, allá durante la gestión de Duhalde como gobernador bonaerense, en el siglo pasado, a medida que fueron quitando sedimentos, a más de 9 metros de profundidad, fue tomando otra forma.

“Lo destapamos pero la fuerza de las corrientes lo vuelve a tapar. Hay que desenterrarlo en la misma maniobra de extracción. Es un proceso complejo”, contó una fuente que accedió a los contratiempos que sufren los buzos.

Por lo pronto se sabe que es una estructura de 4 metros de ancho, por 2 metros de alto, por 8 metros de largo. Luego que quedó descartada la campana, se pensó que era un ancla, o muerto, de uso frecuente entre las dragas sin propulsión para posicionarse sobre el banco de arena. La propietaria de ese resto náufrago, especulan, sería la misma draga cortadora que operó en los años 90.

Pero con el correr de los días se volvió cambiar de hipótesis y ahora creen que es una estructura metálica, donde se ubica el eje en el que se coloca la mecha de una draga cortadora.

Cómo pudo llegar esa pieza al fondo del canal no es algo que preocupe por estas horas a las autoridades portuarias ni a la empresa dragadora, que tratan de determinar la manera en que podrán sacarlo del fondo para que deje de ser una piedra en la hoja de ruta del canal de acceso.

Los buzos locales ya avisaron que no disponen de herramientas capaces de extraerlo. “Se está evaluando contratar una grúa de Buenos Aires. Puede ser la Magnus o la Poseidón, que trabajó en el desguace de los barcos inactivos”, anticiparon en el Consorcio.

En las últimas horas la UTE estaba evaluando traer hasta Mar del Plata una grúa de su propiedad. Como no tienen propulsión propia, vendría sobre un pontón también propiedad de las empresas del Grupo Román.

Por estas horas la urgencia pasa por encontrar la forma de extraer la pieza lo antes posible como para no seguir sumando demoras. Luego quedará analizar quién corre con los gastos del obstáculo sorpresa y como dato de color, a quién pertenece el regalo, si es que hay alguna forma de averiguarlo.

Fuente: Roberto Garrone – Revista Puerto