Cuando la opción es ser inmigrante reincidente

El marplatense Claudio Ceraso atravesó diferentes crisis de la Argentina al frente de distintos emprendimientos. Se fue a España y volvió, pero cansado de los vaivenes económicos decidió emigrar por segunda vez.

Se autodenomina como «emprendedor» y, al igual que gran parte de los argentinos que se animan a montar proyectos laborales, tuvo que volver a levantarse una y otra vez tras cada cimbronazo que vive el país cada tanto.

Trabajó en una agencia de autos, fue representante de una importante empresa de telefonía y llegó a ser gerente comercial de Canal 10 de Mar del Plata, entre otras cosas. Pero la inestabilidad lo llevó a tomar la decisión de dejar Argentina.

Ya se había ido a España en una de las debacles el país cuando era más joven, pero después de un tiempo eligió volver a apostar a Mar del Plata con la ilusión siempre latente de que las cosas mejoren.  Actualmente, con «60 y pico», disfruta de la tranquilidad de Mallorca, donde vive desde hace tres años trabajando en una empresa de productos químicos.

Alejarse de la creciente inseguridad de «La Feliz» y dejar de sufrir las consecuencias de la inflación fueron algunos aspectos esenciales para reconocer que haber decidido convertirse en inmigrante una vez más fue la decisión correcta.

En una interesante charla con la periodista Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo de Radio Brisas de Mar del Plata, Claudio Ceraso contó desde España que no es posible encontrar el equilibrio perfecto entre la inevitable nostalgia y el nuevo destino elegido porque siempre «el inmigrante es una persona partida al medio».

A continuación, la nota completa: