DAÑOS COLATERALES

El enfrentamiento entre Macri y Maduro está derivando en una campaña antiargentina que puede ser dañina para los muchos nacionales que viven en el país caribeño. Se aconseja prudencia.

Poco después de la muerte de Chávez, observando los disparates que si solución de continuidad llevaba adelante Nicolás maduro, anticipábamos que más temprano que tarde Venezuela estallaría y los militares se harían cargo de la situación.

Autores excluyentes de la llegada del extinto caudillo y por cierto los principales beneficiarios de las prebendas del régimen, no iba a terminar enfrentándose con la gente para sostener a semejante esperpento en el poder. Mientras la situación estuvo medianamente controlada -que en Venezuela significa tener a la mitad de la población tratando de aniquilar a la otra mitad- se dedicaron a amasar sus fortunas personales, ponerlas a salvo en el exterior y asegurarse un buen pasar para sí y no menos de tres generaciones que les sigan sobre este mundo.

Pero cuando todos los venezolanos comienzan a exigir el final de este delirio, las FFAA toman por estas horas conciencia de que es hora de actuar.

La gente que protesta con violencia en las calles es en su mayoría clase trabajadora no bancarizada -que no tiene forma de acomodarse a las medidas dispuestas por el corralito de Maduro- y mayoritariamente chavistas. Hoy la triste realidad los pone del lado de aquellos compatriotas a los que hasta ayer combatían.

Los comerciantes desesperados; no solo no pueden vender lo que no tienen sino que ven sus negocios saqueados por una multitud desesperada a la que el irresponsable que el país tiene al frente ha dejado sin dinero en el bolsillo, una vez más, en defensa de una supuesta maniobra del imperialismo que por lo delirante se acerca más a un paso de comedia…aunque termine en drama. Seriamente...¿quién puede querer acaparar moneda venezolana?… créame que un Austral tiene mayor valor de mercado.

Pero en el medio de semejante dislate algo nos preocupa, a la espera de que en no demasiadas horas se ponga fin a la experiencia Maduro y se pacifique -aunque lamentablemente será a la fuerza- este grandioso país que parece no tener paz, sacudido y doliente como el alma de su Libertador: la seguridad de los no pocos argentinos que viven en Caracas, Isla Margarita o cualquier otro lugar del vasto territorio.

Tal vez sea aconsejable que a la demencia del caudillo en picada le siguiese la calma de nuestro presidente y su gobierno. No es hora para pensar en liderazgos regionales ni de ponerse en vocero de cuestiones principistas que todos compartimos pero que tal vez requieran por ahora prudencia.

Al fanatismo se le opone la serenidad, a los delirios, la razón, a la caída en picada el equilibrio y a la tiranía, la democracia. Que no es épica…es cotidiana.

¿Se entiende?.