De Mar del Plata al mundo: Marcos Mata y su historia con el básquet en el exterior

Hoy se destaca en Boca en la Liga Nacional y es uno de los más ganadores de la competencia con las camisetas de Peñarol y San Lorenzo. En diálogo con Radio Brisas, Mata habló de su rica experiencia personal y profesional en España, Brasil, Japón y Uruguay y su recorrido con la selección argentina.

Sus inicios fueron en el Club Kimberley, donde el maestro Osvaldo Echevarría le marcó el camino cuando apenas daba sus primeros pasos con la pelota naranja. Después siguieron los dos juntos en Peñarol con la Liga Nacional como gran objetivo. A base de talento y dedicación, el marplatense Marcos Mata fue subiendo escalón tras escalón para ganarse un lugar de privilegio entre los jugadores más ganadores del básquet argentino.

Disfrutó de la mejor época de Peñarol con Sergio Hernández como coach (aunque también vivió al principio la experiencia de pelear por no descender) y fue parte importante de los años ganadores de San Lorenzo con Julio Lamas. Se ganó la confianza de los dos entrenadores de selección que siempre lo tuvieron en cuenta en diferentes procesos del equipo argentino como fueron los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 y los Mundiales de 2010 y 2014.

Pero la personalidad de Mata se fue forjando en su experiencia en el exterior cuando decidió emigrar primero al básquet español para jugar en el Sevilla (2013-2014), luego a Franca para probar en la Liga de Brasil (2014-2015), animarse a la experiencia de vivir en Japón (2020-2021) y, por último, recalar en Uruguay (2021-2022). Actualmente como figura de Boca a los 36 años, el alero surgido en Kimberley sigue demostrando su nivel competitivo y no descarta sumar un capítulo más fuera de Argentina.

En una charla con la periodista Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo por Radio Brisas, Marcos Mata narró los pormenores de sus vivencias en otros países y destacó especialmente el aspecto humano, con la familia como principal eje de su vida, como factor clave para desarrollarse como profesional y poder rendir a la hora de cumplir con sus propias expectativas.