El estado se autorizó para quedarse con los depósitos en U$S

Redacción – Endeudamiento por arriba de las reservas y autorización para apropiarse de depósitos en dólares o utilizarlos como garantía de más endeudamiento. Siempre terminó en crisis.

Con fecha 11 de enero del corriente año 2017, el Banco Central de la República Argentina publicó en el Boletín Oficial su comunicación A 6105/2016 mediante la cual el Estado Nacional podría, en adelante, hacerse de los fondos en dólares de los bancos, aún de depósitos de particulares.

Esta medida, que estaba redactada desde el 11 de noviembre sin que el gobierno se animase a publicarla, se vio motivada en la rápida pérdida de relación entre las reservas y el endeudamiento público. Efectivamente, mientras las primeras nunca superaron los U$S 27 mil millones -de los cuales SOLO u$s 9000 SON EFECTIVAS Y LÍQUIDAS- la deuda creció en U$S 50.000 millones durante el primer año de gestión.

Vamos a analizar técnicamente la decisión, no sin antes recordar que -como ocurría durante el gobierno de los Kirchner- queda en claro que para Macri el BCRA sigue siendo un instrumento del poder político y no un ente autónomo.

La medida es muy preocupante si recordamos como empezó la caída de la convertibilidad, con el famoso “megacanje (se habían fumado la plata del Central y tuvieron que ir al fondo a pedir un resguardo en garantía) luego todo derivó entre mayo y noviembre del 2001 en el corte de la cadena de pagos, y que desencadenó en el corralito, el corralón y todas las penurias que supimos sufrir.

El mecanismo es el mismo, salvo que en vez de ir al FMI -que por el momento no accede a ayudar al país en la salida de la crisis heredada por el gobierno de Macri- sino que se sostiene en los depósitos de los particulares.

Deberá el gobierno cruzar los dedos para que en el medio de este mecanismo no se produzca por motivo alguno alguna corrida bancaria. Es claro que el BCRA no dispondría de los fondos para atender esa situación y a la vez los vencimientos de créditos externos conseguido con esos depósitos como garantía. Un escenario idéntico al del 2001 cuando, ante la licuación del poder político de Fernando de la Rúa y el consiguiente crecimiento del riesgo país, la gente quiso poner sus ahorros a buen resguardo y se encontró con que los bancos habían utilizado los depósitos de particulares para sostener al gobierno a altísimos intereses y éste no tenía posibilidad de devolverlos.

Esta vez es lo mismo, pero al revés: el gobierno se dio a si mismo un instrumento -de muy dudoso valor legal- para apropiarse de esos dólares y con ellos como garantía pedir créditos externos.

Lo que en el mundo de Donald Trump suena a suicidio…aunque eso sea otra historia.