Redacción – Como las trilladas novelas centroamericanas, el final del trajinado pase de Lucas Fiorini a nuevas playas parece haber terminado como se esperaba. ¿Nadó o lo dejaron a la deriva?.
El apoderado del Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires, Eduardo Cergnul, solicitó formalmente que Lucas Fiorini no continúe ejerciendo su rol de presidente del bloque de concejales en Mar del Plata y que ese rol lo ejerza Cristian Azcona.
Cergnul tomó la decisión “siguiendo precisas instrucciones” de sus mandantes “atento recientes acontecimientos de público y notorio conocimiento, hasta tanto se expidan los organismos disciplinarios partidarios”.
Con esta decisión queda en claro que el enojo de Sergio Massa, que todos decían conocer pero nunca se explicitaba, estalló ante las actitudes del concejal que ciertamente deberá revisar mucho su explotada autoestima y comenzar a hacer los palotes en aquello de trabajo en equipo que sigue siendo el ABC de la política.
Fiorini llegó a convencerse que todo el proyecto del Frente Renovador en Mar del plata debía centrarse pura y exclusivamente en sostener sus ambiciones personales. Válidas pero desmedidas…
Tal vez no tuvo en cuenta que sus coqueteos con Cambiemos -votando incluso en contra de la propia filosofía del sector que representaba- no hicieron otra cosa que poner en evidencia que, ante la ostensible declinación de Carlos Arroyo en el firmamento de la coalición, crecían sus posibilidades de convertirse en la cara local del nucleamiento que más hace en el país y en la provincia para aplastar toda posibilidad del líder del espacio que hasta ahora lo contiene.
Mientras el intendente especulaba que un acuerdo con el renovador podía abrirle por fin las puertas del esquivo peronismo que en sus trasnochadas ensoñaciones espera liderar hacia su propio 17 de octubre.
Ahora ambos -Arroyo y Fiorini- se encuentran en un abrazo obligado al borde del mar. Claro que a la distancia es difícil saber si ello será el inicio de una sociedad fecunda, un simple amor de verano…o las olas se llevarán impiadosas los falsos amores y las especulaciones.
Como parecen haber borrado los corazones entrelazados que hablaban del amor entre «lealtad» y «sentido común», un romance que ambos hicieron imposible.
