El Mundo – La violencia racial vuelve a impactar en EEUU como hace medio siglo

Barack Obama anunció este lunes que enviará a Ferguson (Misuri) al fiscal general y jefe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, para que dirija sobre el terreno la investigación federal abierta en relación a la muerte del joven Michael Brown por disparos de un policía.

Holder, el primer fiscal general de origen afroamericano, se trasladará a Fergusonel miércoles, donde se reunirá con los agentes del Buró Federal de Investigación (FBI) y del Departamento de Justicia que están investigando lo ocurrido.

«Tengo que ser muy cuidadoso en no prejuzgar nada», dijo, andándose con más tiento que el mostrado en un par de ocasiones previas en su presidencia, en las que dio por sentado motivaciones raciales que luego se desvanecieron. El presidente no hizo hincapié en el conflicto racial.

En un alto durante sus vacaciones –este lunes estuvo trabajando en la Casa Blanca–, Obama llamó al cese de la violencia en Ferguson, núcleo urbano en las afueras de San Luis, donde los disturbios se suceden desde que el sábado 9 Michael Brown, de 18 años, fue abatido por el agente Darren Wilson, de 28 años. «Hay que dejar claro quela mayoría se manifiesta de forma pacífica. Es una minoría la que no lo hace, y ha hecho saqueos, llevado armas y atacado policías, fomentando las tensiones raciales», advirtió.

Más violencia en Ferguson

La Policía ha recurrido una vez más este lunes a los gases lacrimógenos durante una nueva protesta por la muerte de un joven a manos de un agente en la localidad de Ferguson, ubicada en el estado de Misuri. Así, de momento la jornada deja al menos dos personas heridas de bala y 31 detenidos, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.

Las protestas se han celebrado en un ambiente tenso pero pacífico durante toda la tarde, si bien a última hora de la noche varios participantes han lanzado botellas y piedras a los agentes, así como varios cócteles molotov, ante lo que los agentes recurrieron a las granadas aturdidoras y los gases lacrimógenos.

La Policía había advertido en varias ocasiones a los manifestantes que debían continuar sus marchas, señalando que, en caso de detenerse, se arriesgaban a ser arrestados por participar en una asamblea no autorizada.

Pese a que la mayoría de los participantes siguieron las órdenes, varios se negaron a hacerlo, y uno de ellos arrancó una señal de tráfico y señaló con ellas a los agentes, tras lo que la situación se deterioró rápidamente.

Sin embargo, la mayoría de los manifestantes intentaron detener a los que estaban recurriendo a la violencia y les pidieron que abandonaran el lugar a través de megáfonos.

Este mismo lunes, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, ha levantado el toque de queda impuesto en el suburbio de Saint Louis a causa de las protestas que se han desatado tras la muerte de Michael Brown, argumentando que con la llegada de la Guardia Nacional no será necesario.

El pasado sábado, Nixon anunció un toque de queda entre la medianoche y las 5.00 (hora local), después de una semana de enfrentamientos entre manifestantes y Policía y este lunes solicitó el despliegue de la Guardia Nacional, debido a la escalada de violencia.

Los disturbios más violentos tuvieron lugar ayer cuando manifestantes y Policía se enfrentaron con cócteles molotov y gases lacrimógenos, respectivamente, dejando dos heridos y al menos siete detenidos, de acuerdo con el cuerpo de seguridad, según informa el diario estadounidense ‘The Washington Post’.

Investigación
Brown murió el pasado 9 de agosto después de que un agente de Policía disparara en su contra, en circunstancias que aún no están claras. La familia del joven ha denunciado que estaba desarmado cuando el agente abrió fuego.

La investigación del condado de Saint Louis, que aún no se ha hecho pública, sugiere que Brown recibió entre seis y ocho disparos en la cabeza y en el pecho de forma frontal y tenía marihuana en su sistema cuando falleció.

Sí se han hecho públicas las conclusiones preliminares de la autopsia realizada por Michael Baden —un experto forense que revisó las del presidente John F. Kennedy y Martin Luther King— que sugiere que Brown se había entregado cuando fue tiroteado.

Según ha explicado uno de los expertos forenses presentes en esta autopsia, Shawn Parcells, una de las balas alcanzó a Brown en la parte superior de la cabeza y otra entró por encima de la ceja derecha para salir por la mandíbula y volver a entrar en su cuerpo.

Parcells ha señalado que no está claro si las múltiples heridas que el joven presenta en los brazos se deben a que los tenía en alto porque se estaba entregando, tal y como asegura un testigo.

En total, se han encargado tres autopsias para esclarecer las circunstancias de la muerte de Brown. Además de la del condado de Saint Louis y la de Baden, la familia ha dado permiso al Departamento de Justicia para que un forense militar realice una tercera.