EL ONANISMO CULTURAL

El futuro es «el pasado reciente»; el pasado «es el genocidio de los pueblos originarios» y nuestros orígenes son «la masacre de Colón en América». ¿Hasta cuándo seguiremos comprando historias?

Hemos institucionalizado que toda nuestra historia es trucha.

Descubrimos que para subirnos al futuro tenemos que aceptar que «una juventud maravillosa» fue un canto al amor y buscaban imponerlo a los tiros, matando criaturas y desconociendo el mandato de una sociedad democrática porque ellos, y solo ellos, sabían que era lo bueno y que era lo malo para los argentinos.

Aceptamos que aunque los mapuches fueran parte de un ejército de ocupación chileno el general Julio Argentino Roca fue un genocida por haberlos combatido por orden del presidente Nicolás Avellaneda.

Incorporamos que Cristóbal Colón, que pretendía demostrar que la Tierra no era plana y que había otro mundo más allá de lo conocido, fue el padre del avasallamiento en un territorio que estaba más allá del confín de los mares. Y que ni siquiera era América…todos buscaban otra ruta a las Indias.

Tal vez el buen Cristóbal se olvidó de predecir que Juana Azurduy, enfurecida como su marido Manuel Asencio Padilla porque los españoles decomisaban la cosecha de su latifundio en el imparable avance sobre el Virreinato, combatió contra ellos con una característica común a muchos prohombres (o promujeres) de entonces: no salirse del territorio que cuidaban.

No está mal defender el propio interés; tal vez esté mal demonizar a quienes, como Colón, se juegan vida y prestigio para avanzar sobre un mundo que siempre necesita ser integrado.

Son visiones de la historia y como tales merecen ser discutidas. Lo que no podemos negar los hechos de esa misma historia.

La guerrilla urbana y rural existió en la Argentina y utilizó medios violentos para enfrentar a un gobierno que había sido elegido por el 62% de los ciudadanos.

El país sufrió una invasión financiada por el gobierno de Chile que pretendía quedarse con la Patagonia y generar un comercio directo con Gran Bretaña en base a ganado robado a los argentinos.

Y Cristóbal Colón fue un conquistador -si, conquistador- bajo las reglas que en esa época se entendían como las habituales y que también se aplicaban a todo el continente europeo, desde Grecia, a Roma, los vikingos o la Francia napoleónica.

Dejemos de mirar la historia con los ojos de hoy. Es un ejercicio de onanismo realizado por mentes perversas que encuentran la excitación en imágenes enfermas y distorsionadas.

Es casi una violación de la realidad.

Lo triste del caso es que ello es posible cuando quienes quieren imponer la ficción son conscientes de estar frente a una sociedad inculta, embrutecida y permeable a la mentira y el encantamiento.

Pero para que nadie dude acerca del respeto a las culturas originarias y a sus mentores, vaya esta despedida en puro idioma quechua, que parece que será el lenguaje del futuro argentino.

«Prpers tenes bola hunt’a», y agregale «p’ukuman».

Si querés saber…googlealo, que es de este tiempo.

Nota de Redacción: el Director de este medio, como Ministro de Información Pública del gobierno de la provincia de La Rioja, impulsó en el Canal 9 la emisión de un programa de difusión del lenguaje y la cultura quechua. Creía que era bueno que las  nuevas generaciones supiesen como vivían y como se comunicaban sus antecesores.   Nunca pensó que para lograr los objetivos fuese necesario arrasar con la historia de los argentinos.