MIENTRAS HAY VIDA…

La Presidente de Abuelas de Plaza de Mayo luchó durante cuatro décadas para encontrar no tan sólo a su nieto sino para que tantas otras que como ella sufrieron el más inhumano de los desgarros pudiesen al menos abrazar a esos chicos que eran su sangre y en muchos casos la única continuidad de vidas que ya nunca iban a recuperarse.

Estela Carlotto es un símbolo dentro de un grupo de mujeres que desde hace muchos años nos dan un ejemplo de fe, de coraje y sobre todo de responsabilidad frente a la vida misma.

Las Abuelas no son tan sólo esta entidad mimada por el actual gobierno. Son también las apaleadas por la Dictadura, las ignoradas poir el alfonsinismo y las denigradas durante el menemismo.Como toda persona pública Estela tiene seguidores y detractores. Y tiene también a millones de argentinos a los que, gustándole o no las definiciones políticas de esta inmensa mujer, tenemos en claro que su lucha al frente de Abuelas tiene que ser acompañada por cualquier persona que tenga un poco de sentido común y corazón.

Son las que levantaron a pulmón una de las organizaciones más completas en materia social y científica que haya tenido desde siempre la Argentina.

Y son -cosa rara en nuestra sociedad- una organización eficiente que puede mostrar resultados concretos de su trabajo sublime.

Ahora vendrá para Estela Carlotto un tiempo en el que los claro-oscuros la llevarán por delante. Nunca una historia tan monstruosa puede quedar exenta de contrastes angustiantes cuando choca de frente con otra, luminosa y humana, como es la búsqueda que con tanto amor y paciencia se llevó adelante.

Ya no será el nieto soñado en tantas horas de angustia y esperanza. Será ahora una historia encarnada en un persona concreta, sus propios dolores y su poropio pasada que, aún mentido, supone nada más y nada menos que su propia vida.

Y Estela sabe del dolor de que te quiten tu verdadera vida…vaya si lo sabe.

Pero hoy martes 5 de agosto de 2014, después 114 éxitos anteriores que sin embargo no sirvieron para que ella pudiese volver a su caso abrazando a SU nieto, Estela Carlotto podrá por primera vez en 36 años apoyar la cabeza en la almohada y saber que mañana al despertar un pedazo de su hija arrancada la estará esperando para, tal vez, decirle abuela.

Y todos tenemos que velar ese sueño….