El peronismo apura la unidad que cierre su propia grieta

Por Adrián FreijoMientras el gobierno administra su triunfo y los jueces hacen el trabajo sucio del escenario que oculte un duro ajuste, el PJ se apura en dejar atrás la era «K» y lograr la unidad.

Intendentes y gremialistas pidieron «unidad» en la sede de la CGT de la calle Azopardo. En un acto homenaje al asesinado sindicalista José Ignacio Rucci que fue convocado por el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez y tuvo presencias estelares de massistas, pejotistas y kirchneristas, los referenciados con el peronismo comenzaron el operativo rejunte.

Massitas como el alcalde tigrense Julio Zamora y pejotistas como su par de La Matanza, Verónica Magario a los que se sumaron, además del anfitrión Menéndez, los intendentes de Navarro, Santiago Maggiotti; de Castelli, Francisco Echarren y de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini .

También estuvieron Facundo Moyano y la diputada Claudia Rucci, hija del dirigente homenajeado y los miembros del triunvirato de la CGT, Juan Carlos Schmid, el líder de Camioneros, Pablo Moyano, y el titular de Canillitas, Omar Plaini.

Un claro mensaje del peronismo más ortodoxo, que quiere mantenerse lejos de los «K» pero al mismo tiempo marcar la cancha a los gobernadores propios con un contundente «la unidad no se negocia a cambio de aportes del gobierno nacional».

Y es que todos ellos, por razones diferentes que van desde lo ideológico hasta la necesidad de no ser un convidado de piedra a la hora del reparto de una torta cada vez más exigua, temen quedarse parados en el andén mirando como se aleja un tren cargado de mandatarios provinciales, con equipaje pleno, que marchan callados y contritos hasta la estación «Aquí te pagamos la Fiesta» en la que los espera, sonriente y agrandado, Mauricio Macri.

Y, cada vez más aislado, el kirchnerismo juega sus pocas cartas a una oposición destructiva que termine en una crisis que arrastre a este poder que los tiene contra las cuerdas. «Parece que el Apocalípsis estaba en algún libro de procedimiento penal que olvidé leer en la facultad cuando estudiaba técnicas de defensa del reo» decía socarronamente un viejo y prestigioso abogado, ex camarista en sonado juicio, que supo manejar cosas importantes en época de Eduardo Duhalde.

Todo indica entonces que gremialistas e intendentes se aprestan a crear un polo propio de poder que será el encargado de poner la lápida en la tumba del kirchnerismo y los límites en la estrategia de los gobernadores.

Para después, como siempre, forzar una unidad estratégica que alumbre el eterno sueño de volver al poder.

Nada nuevo bajo el sol…