El riesgo de cambiar el sano proceso por el prejuicio y la demagogia

Por Adrián Freijo – El incidente que involucró a dos policías de La Bonaerense con un juez y un abogado local debe hacernos reflexionar acerca del prejuicio, el apuro y la demagogia.

La ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y su par de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, recibieron a los dos policías de Mar del Plata que tuvieron un polémico cruce con el juez Humberto Noel y el abogado Claudio Spinelli. En el mismo acto se les comunicó que, como premio a su accionar, se había resuelto ascenderlos a ambos en sus respectivas jerarquías.

Todo indica entonces que para el poder político se trata de un caso cerrado…

Pero también lo era el del policía Luis Chocobar, aquel efectivo que persiguió y mató a un delincuente tomado in fraganti cometiendo un delito violento, que fuera recibido por el propio presidente de la república quien lo ungió ante la sociedad como un ejemplo de funcionario. Hoy Chocobar se encuentra procesado, tras haber recorrido tres instancias judiciales que confirmaron la resolución que lo sindica como autor de homicidio agravado y exceso en el cumplimiento del deber.

También lo suyo, tras el encuentro con Macri, parecía caso cerrado…

Hasta no hace mucho tiempo nos gobernaba una facción que siempre consideraba a las fuerzas de seguridad culpables de cuanto delito se les imputara, sin dar tiempo a la justicia a resolver si ello era así o se trataba de hechos ocurridos en el cumplimiento del deber. Había un prejuicio anti policía que dejó una peligrosa huella cultural en la población, que veía a los uniformados como enemigos.

Sin embargo la exageración de ese desprecio que llegaba desde el poder, la falta de solución a la creciente cuestión de la inseguridad y la nula respuesta de la justicia a los problemas de la gente, no solamente fue carcomiendo la base social de apoyo al gobierno kirchnerista sino que fue rotando el viento de la opinión pública que comenzó a exigir mano dura frente al delito.

Ello fue notorio en los casos que acá citamos, pero ya muchas veces ha quedado demostrado que los argentinos -viscerales y a la vez  defraudados por quienes los gobiernan- no siempre tienen muy ajustado el sentido de la elección acerca de lo que es bueno y lo que es malo. Si algo nos caracteriza es el escaso esfuerzo que hacemos para analizar las cosas con serenidad y poniendo sobre cada tema todas las miradas posibles, aún aquellas que no son de nuestro gusto.

En el caso Chocobar y en el de los policías Héctor Gutiérrez y Daniel Salerno no se esperó que la justicia actuara y resolviese lo que había ocurrido. Las autoridades prefirieron seguir el dictado del humor popular y convertir anticipadamente en héroes a funcionarios policiales que habían intervenido en casos aún poco claros y discutibles. Como si los gritos airados de algunos transeúntes les hubiesen marcado el camino de lo conveniente.

Y caer en la antinomia del prejuicio contrario a las fuerzas de seguridad con el apoyo y el premio anticipado puede ser una costumbre peligrosa y contraria al sentido común que debe aparecer en la Argentina para dejar atrás grietas y antinomias.

No hace muchos años el propio Macri designó al frente de la Policía Metropolitana a Jorge «El Fino» Palacias, a quien presentó como ejemplo del buen policía. Sin embargo hoy está procesado por destruir pruebas del atentado a la AMIA y ser parte de aquellas escandalosas escuchas ilegales que tuvieron entre los acusados al propio presidente, sobreseído pocos días antes de asumir el poder. Clara muestra de una escasa percepción a la hora de juzgar a las personas…

Tal vez todos los nombrados sean inocentes y el reconocimiento oficial sea justo. ¿Pero no sería mejor esperar que la justicia resuelva si esto es así o no?. El tiempo siempre pone las cosas en su lugar.

Porque ya es hora de terminar con el siniestro «algo habrán hecho» pero no para cambiarlo por un «seguro que no hicieron nada».

Siempre la república debe caminar por el sendero del equilibrio. Lo demás es prejuicio y demagogia….