En la flor de la edad con 80 primaveras

Isabel inició su historia de inmigrante después de los 60 años e hizo de Praga su lugar en el mundo. Dejó Olavarría y se instaló en República Checa, donde recibe al turismo de habla hispana con una energía que contagia.

Ya de grande conoció Praga, ciudad a la que arribó sólo de visita porque allí vivía su hijo. Pero más tarde volvió y ya lo hizo para quedarse. Supo desarrollar nuevos proyectos y se dio cuenta de que había encontrado su lugar en el mundo.

No tiene problema en confesar su edad, pero prefiere decir que está viviendo con alegría esta etapa de la Tercera Edad. No está sola porque trabaja con un grupo de jóvenes que la cuidan y la miman en su tarea cotidiana.

Hace ya varios años y con la ayuda de nuevos amigos, puso en marcha «Viva Praga«, una organización que brinda servicios turísticos con la inigualable calidad de una atención personalizada y que fue creciendo a fuerza de trabajo y dedicación.

Así fue como Isabel, maestra de profesión, puso en práctica en Praga una nueva manera de relacionarse con la gente para poder canalizar su vocación y aprender siempre cosas nuevas.

Con sus radiantes 81 años, pasó por Radio Brisas mientras disfruta de sus vacaciones en Argentina para dejar un mensaje esperanzador a todos aquellos que no se animan a cambiar el rumbo, explorar, viajar y seguir aprendiendo siempre, más allá de los años cumplidos.

En diálogo con la periodista Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo, la incansable Isabel contó su inspiradora historia de inmigrante para demostrar que nunca es tarde para empezar de nuevo.