En La Rioja se concretó el encuentro de los necesitados

RedacciónCon el manotazo a los U$S 4300 millones otorgados por el FMI como telón de fondo, el presidente se junta con gobernadores dispuestos a darle un guiño a cambio de divisas frescas.

El presidente Alberto Fernández encabeza una reunión de trabajo con gobernadores de todo el país en la provincia de La Rioja, donde hace de anfitrión el mandatario local, Ricardo Quintela.

Ocho gobernadores participan en forma presencial del encuentro en la residencia del mandatario provincial Ricardo Quintela, en tanto que otros cinco lo hacen de manera virtual.

En forma presencial participan el Presidente y el designado jefe de Gabinete Juan Manzur, los gobernadores Sergio Uñac (San Juan), Jorge Capitanich (Chaco), Raúl Jalil (Catamarca), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Mariano Arcioni (Chubut).

De forma virtual, están los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Perotti (Santa Fe) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), todos ellos con motivos suficientes para retacear su presencia física y no despertar con ello el enojo de Cristina Fernández que envió a la reunión a un incómodo Wado de Pedro para que oficiase de correveidile de la ex mandataria.

Pero algo uno a todos los gobernadores presentes: se supo anoche que el gobierno nacional, imitando una jugarreta que la propia Cristina llevó adelante durante su segundo mandato, dictó un decreto que le permite apropiarse de los más de U$S 4.300 millones girados por el FMI para cambiarlos por un bono a diez años que, dada la situación argentina, se vuelve de dudosa consistencia.

Pero ello le permite disponer de fondos frescos para inyectar dinero en este tiempo de campaña, único camino que se le ocurre al oficialismo para revertir el desastroso resultado de las PASO. Aunque el riesgo sea doble: por un lado el inevitable crecimiento de la inflación y por el otro la posibilidad de que el FMI, por supuesto enojado con esta nueva defección en las promesas del gobierno que había asegurado que esos fondos serían para fortalecer las reservas, endurezca las condiciones para un acuerdo de refinanciación de la deuda o deje que Argentina se deslice hacia el default.

Pero nada de esto parece importar ahora al gobierno de Alberto Fernández, necesitado de un milagro que le permita gambetear la pérdida del quorum propio en el Senado y su mayoría en Diputados. ¿Las consecuencias?…después se verá.

El viaje del presidente a La Rioja se produce luego de que anoche anunciara la nueva conformación del gabinete nacional y en medio de una ola de críticas por la inocultable debilidad en la que el mandatario ha quedado hacia adentro de su partido y sobre todo frente a la sociedad.

Habrá que ver si unos dólares prudentemente deslizados en los exhaustos bolsillos de los gobernadores le permiten al menos un montaje de adhesión en el que difícilmente alguien deposite demasiada esperanzas.

Pero, ya se sabe…eso es lo último que se pierde.