Debutó Máximo entre obsecuencias, silencios y nostalgia

Poca militancia, mucha obsecuencia y los discursos más pobres que se hayan escuchado en el último tiempo. Zannini adulador, Scioli innecesariamente chupamedias. ¿Máximo?…ni «mu». 

El acto de la supuesta inauguración del mal llamado “Café Literario Ateneo NK”, que armó el kirchnerismo para reinstalar la mística en la provincia, no convenció, ni siquiera, a los propios cuadros del peronismo local. Poca gente, no más de 250 o 300 personas se dieron cita. Afuera La Cámpora campeaba el frío intenso de la noche ventosa, mientras adentro la primera línea política del partido que creó Néstor Kirchner, se aprestaba a poner la piedra fundamental de la refundación santacruceña con otro perfil y el mismo apellido: Máximo Kirchner.

Lo cierto es que una vez más, todos hablaron por él y quien muchos querían escuchar, hizo silencio. Como el hijo de un capo fallecido, todos besaron simbólicamente su anillo. El mismo Zannini, que de todos allí era el que más autonomía tenía, no dejó pasar la oportunidad para recordarle a todos, que Máximo es un cuadro envidiable y le autoasignó las cualidades de su padre, como si se tratara de un hecho voluntarista, resumir en alguien, las cualidades políticas y personales de otro; pero en fin, en tren de ponerle una marca, le besó la frente para que se eche a andar.

Zannini se encargó de resaltar que no era cierto “como dijeron por ahí”, manifestó, que se trataba del lanzamiento de campaña de Máximo, sino que era la inauguración de un espacio de recordación a Néstor Kirchner.

El discurso de Scioli fue lamentable por donde se lo mire. El gobernador bonaerense tiene una adicción por los Kirchner y de hecho lo puso de manifiesto esta noche, cuando desenvainó su mejor obsecuencia para alabar al hijo pródigo de quien fue su maestro (y de la maestra), poniéndose a su disposición para ayudarlo, porque la devoción de Scioli está por encima de su dignidad política y como hombre, por lo tanto, sus melosas palabras sonaban como villancicos de Navidad, en los oídos de candidato mudo (ergo: Máximo). Siempre es bueno saber que se puede pisar una alfombra, sin miedo a que se arrugue, nos haga perder pie y nos haga caer. Máximo entendió eso, muy bien, esta noche.

 

En la mesa central estuvieron Zannini, Scioli, Máximo y Alicia, flanqueados por el gobernador Urribari, Rosana Bertone electa gobernadora de Tierra del Fuego, Eduardo De Pedro, Ricardo Echegaray el sindicalista Antonio Calo y Sergio Berni. No estuvo presente el gobernador Daniel Peralta y ninguno de sus funcionarios provinciales. La grieta nunca se cerró.

Si bien no se registraron incidentes con los trabajadores municipales que durante la mañana y la tarde se manifestaron en las rutas y en las calles de Río Gallegos, en contra de la llegada de los funcionarios nacionales, hubo algunas escaramuzas entre la propia militancia y especialmente con afiliados del sindicato petrolero privados de la provincia que llegaron para apoyar al modelo, generándose discusiones y hasta volaron algunas trompadas, porque cuando éstos arribaron, los militantes de la Cámpora, Kolina y la gente que llegó con banderas del intendente Belloni (El Calafate), no querían ceder sus lugares.

Todo el acto estuvo fuertemente custodiado por personal de Gendarmería y de policía provincial, las calles aledañas se mantuvieron cortadas, pero contrariamente a los pensado, los municipales eligieron no concurrir al lugar, para no promover una provocación, que podría desatar consecuencias impensables. (Agencia OPI Santa Cruz)