Los jugadores de la selección argentina tienen en claro que jugar ante Brasil siempre tiene otros condimentos.Pero todos coinciden en que cada clásico es una nueva historia que se escribe. Para Scola será un partido cerrado con escaso margen de error, Nocioni cree que Brasil es favorito y Campazzo dijo que la clave es la jugar con la estrategia y mantener la intensidad. En tanto, para Julio Lamas ya resulta natural que del otro lado esté Rubén Magnano.
Acostumbrado a enfrentar este tipo de retos, Luis Scola aseguró que Argentina y Brasil llegan en situaciones similares. «No creo que ninguno de los dos venga de punto. Llegamos en iguales condiciones a este partido. Seguramente va a ser un partido cerrado, friccionado, trabado. Un buen arranque vale muchísimo. El margen de error es muy chico. Brasil viene jugando bien los torneos importantes. Defiende muy agresivo, tiene jugadores altos con mucho potencial, mucha talla y mucho peso físico», remarcó el capitán.
Otro gladiador de mil batallas ante Brasil es Andrés Nocioni. El jugador del Real Madrid reconoció que el clásico sudamericano no es partido más. «Es especial para todos. Se crea un ambiente lindo. Son diferentes sensaciones. A la gente le llama más la atención un partido contra Brasil que contra otros equipos y hay que reconocer que en estos momentos Brasil es el favorito porque están jugando mejor. Nosotros tenemos que tratar de jugar nuestro mejor partido para ganar», analizó «Chapu».
Entre los más jóvenes está Facundo Campazzo que ya se va perfilando como líder en el futuro inmediato. El ex base de Peñarol contó cómo imagina el partido con Brasil. «Va a ser bola por bola, tanto en defensa como en ataque. Tenemos que ser estrategas, tenemos que ser tácticos. Lo que importa además de qué hacer es saber cómo lo tenemos que hacer. Hay que meterle intensidad. Con esa mentalidad vamos a encarar el partido», sentenció el cordobés.
Por su parte, el coach Julio Lamas habló de su colega y compatriota Rubén Magnano que, una vez más como técnico de Brasil, se encontrará en su camino con Argentina. En ese sentido, el DT expresó: «A mí ya no me pasa nada con eso. Supongo que a los jugadores les habrá pasado algo especial en 2010. En el 2011 lo sentí en Mar del Plata, en 2012 nos tocó el cruce en los Juegos Olímpicos y ahora ya me acostumbré. Ya sé que si enfrentamos a Brasil es natural que Rubén sea el entrenador. Me da lo mismo. Nosotros en definitiva somos todos argentinos que jugamos contra Brasil. No sé lo que le pasará a él emocionalmente por el hecho de jugar contra su país».
