(Escribe Rosendo Fraga) – La experiencia del paro general realizado a fines de agosto ha llevado al sindicalismo opositor a no precipitar otra medida de fuerza de este tipo antes de finalizar el año
La alternativa de realizar una marcha hacia la Plaza de Mayo o el Obelisco en apoyo a los reclamos del sindicalismo está en análisis, pero todavía no se decidió.
En la CGT que lidera Hugo Moyano, el mes comenzó con su hijo Pablo -su secretario adjunto en el sindicato de camioneros- reclamando se reabra la paritaria cerrada en junio por el aumento de la inflación. Planteó que frente a una inflación del 25% en los ocho primeros meses del año, el aumento acordado había quedado superado.
Por su parte, Facundo Moyano tuvo un duro enfrentamiento con Carlos Kunkel al votarse la llamada ley de Pago Soberano en Diputados. El hijo del titular de la CGT opositora, que había dado quórum inicialmente, terminó votando en contra, mientras que el otro legislador moyanista (Plaini) votó a favor, como también lo hizo con la nueva ley de abastecimiento.
Hugo Moyano a su vez respaldó las manifestaciones del secretario general de la UIA (Méndez), quien comparó el autoritarismo del gobierno kirchnerista con las prácticas del gobierno militar.
Las afirmaciones del secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, de que en diciembre tendrá lugar un “estallido social”, generaron fuertes réplicas en el oficalismo, incluidos los twits de la Presidente. Esto llevó a Moyano a respaldar a su aliado sindical.
Barrionuevo reconoció tras las declaraciones que “se había ido de boca”, mientras que el Kirchnerismo acusó a Massa y a De la Sota -el primero ex aliado del dirigente gastronómico y el segundo su actual aliado- de querer desestabilizar al gobierno.
El oficialismo abrió en la justicia una causa contra Barrionuevo y el Jefe de Gabinete (Capitanich) lo acusó de “golpismo activo”. Este incidente contribuyó a que Moyano y Barrionuevo postergaran por ahora nuevas medidas de protesta.
A su vez, el secretario general de las 62 Organizaciones y titular del gremio rural, Gerónimo Venegas, apoyó junto con Moyano las afirmaciones del titular de la UIA contra el autoritarismo del Kirchnerismo, al mismo tiempo que en un acto realizado en su sindicato sobre la actualidad del pensamiento de Perón, compartió la mesa con Pino Solanas, precandidato a Presidente del Fau-Unen.
La alianza de Moyano con Barrionuevo y Venegas se mantiene firme. Por su parte, el secretario general de la CTA anti K, Pablo Micheli (de estatales), ha convocado una marcha de protesta para el 9 de octubre, pero está presto para sumarse a Moyano, Barrionuevo y Venegas si estos convocan una nueva protesta, ya sea paro o marcha.
Moyano por su parte mantuvo en lo que va del mes dos encuentros con dirigentes de la CGT oficialista, cuyo secretario general es el titular del gremio metalúrgico (Caló), quien no participó de los encuentros. El deterioro de la situación social, con el aumento de los despidos y suspensiones y el incremento de la inflación, vuelve a dar cierto aire a la posibilidad de reunificar el sindicalismo peronista.
En la CGT oficialista, el secretario general del gremio de la industria automotriz (Pignanelli) sostuvo que el sector está estancado y reconocio que 15.000 trabajadores del sector están suspendidos. Este dirigente ha reconocido públicamente que la inflación anual llegará al 36% y pidió al gobierno, a través del Jefe de Gabinete, que se estaticen dos empresas del Grupo Cirigliano (Tatsa y Emfer), en las que se producirán 422 despidos si se opta por los vagones chinos para reequipar los ferrocarriles.
En el ámbito de esta central se creó el Mosul, movimiento que reúne 30 gremios de ella y que apoyan la candidatura presidencial del gobernador de Entre Ríos (Uribarri). Los encabezan los secretarios generales del sindicato de peones de taxis (Viviani) y el de la Asociación de Empleados Legislativos (Di Próspero). Pero Caló no, seguramente para no comprometerse prematuramente en la interna del PJ.
En cuanto a la CTA anti K que lidera el secretario general de los docentes (Yasky), mantiene su alianza con el oficialismo.
En materia de conflictos intra-sindicales, el sindicato de petróleo y gas privado de Santa Cruz, planteó en una asamblea escindirse del sindicato regional del que forma parte.
Hacia fines de setiembre, el sindicalismo opositor no encuentra una estrategia clara para confrontar con el gobierno, pero va logrando avances hacia la unidad de las centrales sindicales peronistas en 2015.