FRANCISCO NOS RECUERDA AL MUNDO REAL

Una agenda tan lejana de la mediocridad de la política argentina como ajustada a las cosas que deberíamos estar atendiendo. Un Papa nacional que entiende al mundo más allá de su nariz.

La crisis de los inmigrantes, la pobreza, la inequidad social, las desviaciones del capitalismo, el valor de la libertad como base de la sociedad, el diálogo entre los pueblos, la recuperación de los valores éticos de la Iglesia en un mundo que camina hacia el ecumenismo religioso, el terrorismo como enemigo común de la humanidad y la preservación de un planeta al borde del estallido son hoy los temas de la agenda mundial y por eso enmarcaron la histórica visita de Francisco al continente americano.

Más allá de las cuestiones propias de su mediación, no ha sido casual que eligiese a una nación que es rémora de las primaveras democráticas y al país que aún ejerce el liderazgo del mundo libre.

Cuba y los EEUU son de alguna forma las dos puntas de un camino que el mundo recorrió a lo largo del S XX; y Francisco mucho se cuidó de que su mensaje quedase claro para todos: el primero deberá recuperar el valor de la democracia y el segundo retornar a los valores que supieron colocarlo al tope de las naciones.

Siempre cordial, siempre reflexivo pero nunca menos firme, el Papa dio una verdadera lección de diplomacia al no cruzar nunca el límite a la autodeterminación de los pueblos, cuidándose en ambos países de no ingresar en las cuestiones internas más allá de lo que sus anfitriones pudiesen considerar prudente.

Se le pedía definiciones y reuniones con los disidentes cubanos. ¿Era prudente hacerlo cuando la policía del despótico régimen castrista detuvo durante su visita a más de 250 opositores y golpeó salvajemente a quienes quisieron acercarse a los lugares que visitaría el pontífice?. ¿No iban a ser peores las consecuencias que una intervención que de cualquier manera tiene el peso del silencio puntual y el rescate de los valores generales de la dignidad humana?.

¿No entendían bien los dictadores y el sufrido pueblo cubano las entrelíneas sabias de éste jesuita en acción?.

¿Alguien cree casualidad que durante las horas papales en la isla el gobierno colombiano y las FARC anunciasen la firma del hasta no hace mucho inimaginable tratado de paz en los próximos meses?. Es muy claro que la noticia es un «beneficio colateral» del efecto Francisco.

Jorge Bergoglio ha ingresado en una etapa superior de su propio «yo». Ahora es un ser universal, con una mirada que va mucho más allá de las fronteras de su amada patria que ha quedado, por méritos propios, en la lejanía de las cuestiones que hoy interesan en el mundo.

Y el mejor servicio que puede brindarnos a los argentinos, y la mejor lección cultural de cara a lo que sigue, es no abandonar esa universalidad y recordarnos día a día que existe una sociedad ecuménica a la que podemos pertenecer o no de acuerdo a nuestra propia decisión y capacidad de entendimiento.

Aunque algunos seres inferiores lo prefiriesen peleando con Cristina o hablando todo el día de San Lorenzo.