El papa Francisco y el patriarca ecuménico Bartolomé I rezaron una oración conjunta y desearon la unificación de sus iglesias y con los demás cristianos.
La celebración ecuménica fue saludada por Bartolomé I, cabeza de una institución que es la de más alto rango de la ortodoxia (su primado encarna la unidad de esta corriente del cristianismo), como «un evento histórico y lleno de buenos auspicios para el futuro».
La ceremonia se celebró en la catedral ortodoxa, que es la sede del Patriarcado Ecuménico, y era una de las cinco principales de la cristiandad antes del cisma de 1054 que marcó la separación de los católicos.
El patriarca Bartolomé I está considerado un «primus inter pares» en relación con los otros patriarcas de la ortodoxia, que tiene unos 300 millones de fieles en todo el mundo, aunque están presentes esencialmente en la Europa oriental y septentrional, en la costa nororiental del Mediterráneo y en Oriente Medio.
El patriarca, en un saludo al Papa -que hoy cumple su segunda jornada de la visita a Turquía, a cuya capital, Ankara, llegó el viernes- constató la «voluntad» del pontífice, «como también la de la Santísima Iglesia de Roma, de continuar el firme camino fraternal con nuestra Iglesia Ortodoxa».
Y ello con el claro objetivo de alcanzar «el restablecimiento de la plena comunión entre nuestras Iglesias», dijo el patriarca.
El Papa, por su parte, consideró que junto con Bartolomé I, ambos son «hermanos en la esperanza» y destacó la «responsabilidad» que supone «poder caminar juntos en esta esperanza».
Francisco estimó que «esta esperanza común no defrauda, porque no se funda en nosotros y nuestras pobres fuerzas, sino en la fidelidad de Dios».
La ceremonia de hoy precedió a un encuentro privado entre el papa y el patriarca, después del cual el pontífice tenía previsto cenar en privado en la representación pontificia de Estambul, donde pernocta durante su estancia en la ciudad turca. EFE