Garra y fútbol: Boca ganó en el Monumental un partido soñado

Redacción – Un domingo inolvidable para el xeneixe. Con fútbol se puso al frente, con garra dio vuelta un resultado adverso y con ambas cosas consolidó un triunfo inolvidable. Tévez fue «el fútbol».

¿Cuánto hace que Boca no vivía un momento así frente a su clásico rival?. Aquellas jornadas históricas que sirvieron para consolidar una paternidad futbolística que se concretó en la frase «les ganamos con la camiseta», parecían diluirse en el tiempo en los últimos años.

Años llenos de frustraciones para el «bostero» y ricos en triunfos y títulos para los de Nuñez.

Pero esta tarde en el Monumental todo volvió a ser como era entonces. Un Boca con personalidad, capaz de sobreponerse a los momentos duros en los que la derrota parecía inevitable y a sus propios errores defensivos que convertían cada ataque de River en una chance concreta de aumentar la diferencia, se las arregló para dar vuelta la historia y llevarse de la cancha de su clásico rival un triunfo del que se hablará durante mucho tiempo.

Carlos Tévez, tal vez el último exponente de una escuela y un tiempo glorioso, fue el abanderado de la resurrección boquense. Y lo fue por fútbol pero también por personalidad y por contagio.

Su gesto adusto, enojado y exigente con sus propios compañeros, y esa clara pose de disconformidad ante los errores y las displicencias de algunos jugadores del azul y oro que parecían no entender de que se trataba eso que estaban disputando, mostraron la estirpe del caudillo ribereño a la altura de un Rattín, un Diego, un Patrón Bermúdez o cualquier otro de aquellos viejos ídolos que nunca se daban por vencidos. Los que hicieron la historia de Boca.

«Todo volvió a la normalidad» dijo, una vez más el hombre al que por estas horas el pueblo de la Boca le pide casi en procesión que no lo abandone. Aunque todos entiendan que esa fortuna que le ofrecen desde China, y que bien se merece por trayectoria y presente, seguramente no sería desechada por ninguno de los que a él le ruegan desprendimiento.

Ganó Boca, brilló Tévez, enmudeció el Monumental. Todo pareció pintado por la mano maestra de Quinquela para que alguien disfrute del paisaje en un anochecer distinto sobre el Riachuelo.

Cosas de un historia que nunca termina de escribirse….