Unos 9,8 millones de electores están convocados a las urnas. No podrán votar 100.000 jóvenes de 18 años por no haberse actualizado el censo electoral a tiempo.
Grecia afronta este domingo una cita electoral clave para su futuro dentro de la Unión Europea y como miembro de pleno derecho de la moneda única. Las elecciones generales anticipadas que se celebran este 25 de enero apuntan hacia unos comicios marcados por una fuerte polarización, el fortalecimiento de partidos alternativos como Syriza y la posible irrelevancia de algunas formaciones hasta ahora hegemónicas en el país, como los socialdemócratas del PASOK (el partido del antiguo expresidente Yorgos Papandreu).
Los sondeos dan la victoria a Syriza, pero por un estrecho margen sobre Nueva Democracia (ND), el partido conservador del actual primer ministro, Antonis Samaras. La mayoría absoluta de Syriza solo tiene un 14% de probabilidad, según el pronóstico de los analistas de Royal Bank of Scotland (RBS), que consideran que hay un 84% de que Tzipras deba buscar aliados para formar una coalición.
¿Cuántos escaños tiene ahora Syriza y cuántos puede obtener?
Syriza tiene 71 escaños, frente a 129 de ND en un Parlamento con 300 en total. Pero la ley electoral griega otorga un bono de 50 escaños al partido vencedor. En 2012 se los llevó ND al superar a Syriza por 170.000 votos. Esta vez podría ser al revés y el partido de Tzipras, según los sondeos, podría conseguir 140 escaños en total, muy cerca de los 151 que le darían la mayoría absoluta.
En esencia, y como ya ocurriera en la anterior cita electoral griega, los ciudadanos helenos están llamados a decidir entre dos grandes opciones políticas, ambas prácticamente antagónicas: La continuista —encabezada por el actual presidente Andonis Samaras y su partido, Nueva Democracia—, que apuesta por mantenerse en una «senda reformista» de acuerdo con los socios europeos y con el cumplimiento de los compromisos adquiridos con éstos como prioridad.
Por otro lado, la opción rupturista la personifica Alexis Tsipras, el líder de la formación Syriza, netamente de izquierdas, contraria a la austeridad impuesta por la Troika y a favor de emprender una negociación «dura» con las autoridades europeas con el fin de renegociar las condiciones de la deuda griega e, incluso, una hipotética reestructuración de la misma. De cómo discurrieran estas negociaciones impuestas de forma unilateral dependerá el futuro inminente de Grecia, que incluso podría acabar optando por salirse de la moneda única.
A decenas de puntos de distancia de los dos máximos favoritos se encuentran varias formaciones con una intención de voto menor al 8%. Serán relevantes en caso de que Syriza no obtenga la mayoría absoluta, como prevén los sondeos, y necesite pactar con al menos una agrupación para gobernar.
Se presentan a las elecciones 18 partidos y cuatro alianzas electorales. Los partidos que no consigan llegar al 3% de apoyo en las urnas no podrán sentar a diputados en el parlamento. Las encuestas muestran a seis o siete agrupaciones con posibilidades de superar ese resultado. Cuantos más superen la ‘línea roja’, más porcentaje necesitará el partido más votado para alcanzar la mayoría absoluta. Parece difícil que o Syriza o Nueva Democracia logren 151 de los 300 diputados de la cámara si no superan, al menos, el 34,5% de los votos.
El sistema electoral heleno otorga 50 diputados extra al partido que se imponga en las elecciones, dificultando la formación de un gobierno que no incluya al ganador, al contar la cámara con 300 diputados.
La ventana de posibles negociaciones durará nueve días. 3 para cada partido, comenzando por el ganador. Finalizaría el 04/02. Si no se consigue ningún acuerdo, y el Presidente tampoco logra desbloquear las negociaciones a ‘posteriori’, se convocarán nuevas elecciones. En las fallidas elecciones de mayo de 2012 no se llegó a completar el 2do. turno, debido a que tanto el conservador Samaras como el socialista Venizelos no lograron encontrar a otro socio de gobierno.