Groucho Marx y la polémica: el descontento de la clase media

Por José Luis Ponsico (*)Tal vez el presidente confundió peronismo con progresismo, como parte de la distorsión que generó post alfonsinista que no supoentender la esencia de su pensamiento.

José Luis Ponsico

Decía el genial Groucho Marx:  «Estas son mis ideas… si no gustan, tengo otras «. Algo así repite esta Argentina en la que pocos saben que es lo que piensan y para que lo hacen.

Es posible en el primer enfoque de algún veterano del peronismo, para el caso el que escribe y el propio editor del portal, que Alberto Fernández, su gobierno, en el apuro, la llegada al poder con pesada herencia propia y ajena, haya confundido algo, «de cajón».

Esto es, «al peronismo por progresismo» tan bien visto por un par de generaciones en el post alfonsinismo, dentro de vertientes socialdemócratas. La opinión gira en el poco peso peronista del gobierno albertista. Apenas, apellido de su jefe de Gabinete. Nada más.

Algunos aportes a un escenario complicado para todos, oficialismo y oposición. Casi 15 millones de pobres, el gobierno de Mauricio Macri no pudo reducir el margen de pobreza. En 44 millones de habitantes, el drama de la pandemia agravó la crisis.

Nunca lograron encarrilar el gobierno y coincidir

La inseguridad en el conurbano con el drama cotidiano del delito a cargo de motochorros, la multiplicación de «villas», situación de los «sin techo»; invierno con pibes durmiendo en las calles. Una realidad que el gobierno nacional no pudo modificar. Antes, tampoco el macrismo.

Alberto con experiencia política desde la vuelta de la democracia primero abogado de la UBA en los´ 90 más cerca del alfonsinismo que del peronismo. Reconoció alguna vez que los viejos peronistas criticaban su falta de formación: «No leí de joven “La Comunidad Organizada» dijo.

El «sistema macrista» ahora volvió a ganar como hace seis años cuando Mauricio Macri desde el centro-derecha llegaba al Poder por el voto popular. Nunca antes había ocurrido. Los ricos llegaban al Poder a través de los golpes militares. Desde Alvaro Alsogaray en los´60.

En medio de campañas políticas donde no se discuten proyectos estratégicos -cómo será la Argentina que viene- mientras los cruces tienen que ver con denuncia cruzadas. Pegó más la foto fatídica del cumpleaños de Fabiola Yañez que la del festejo de Elisa Carrió, en 2020.

A 75 años de «la grieta» del siglo, peronismo versus antiperonismo, los momentos de los dos sectores en pugnas han tenido situaciones parecidas. El electorado se ilusiona. Pasó con la vuelta de Perón en el´73, luego con Alfonsín en el´ 83. También con De la Rúa y con Macri.

La noche de la derrota Fernández habló. Pero ..¿entendió?

Ahora, todo indica que la desilusión alcanzó al corto período que lleva Alberto Fernández, mientras se abre una chance para Horacio Rodríguez Larreta en el imaginario anti kirchnerista. El propio Macri había dicho días antes: «Si tenemos una buena elección se tendrán que ir».

El debate sobre el impacto electoral a cargo de la «clase media» promueve interpretaciones en el tiempo histórico. Ocurrió en el´ 55, a la caída del peronismo. O con la llegada del gobierno de facto del general genocida Jorge Rafael Videla. En el´76.

En rigor, nunca los números que parecían decisivos lo fueron. En el 51 Juan Perón reelecto con cifras que rondaban el 65%. Repitió en el 73 con el 64%. Cristina hace una década alcanzó el 54%. Sin embargo, hubo una sociedad que luego votó otra cosa. En todos los casos.

En 2011 el Frente para la Victoria, Cristina candidata ganó: 54.11% en tanto el arco opositor hace una década Propuesta Republicana PRO el sistema macrista no existia se desgranó con Hermes Binner Frente Amplio Progresista 16.81% Ricardo Alfonsín UCR 11.14% tercero.

Aquella vez el cuarto lugar para Alberto Rodríguez Saa arañó 8% y cerrando Eduardo Duhalde con 6%. Una cuenta rápida daba que si la oposición iba unidad superaba el 40%. Aquella anécdota del Gral. Perón en Madrid, en el 72.

Perón ya lo tenía claro: «nosotros un 40%, la oposición lo mismo y siempre hubo un 20% que va y viene…»

Indagado por el periodista Armando Puente, corresponsal de la agencia France Presse, sobre cómo eran los procesos electorales en la Argentina desde el nacimiento del peronismo, el fundador del Justicialismo, comentó:

«Mire, desde el 46 nosotros con una base del 40% y los opositores al peronismo antes como Partido Laboristas, también 40%. Siempre hubo un 20% que va y viene…» contestó. Lo que ocurrió en el 51, en el 73 y en la última etapa. Votos que van y vienen.

En el´75 entre el «rodrigazo» y la guerrilla urbana, las debilidades del gobierno de Isabel Perón hubo un camino orientado hacia lo que vino. Al cabo, ocho años de dictadura que produjo el saldo más terrible de la historia: miles de jóvenes asesinados. El país en bancarrota.

En el medio la política da lugar a candidatos que llegan desde los medios audiovisuales, ajenos a los partidos políticos. Quizá desde la fama, la ambición. Hoy, el médico Facundo Manes. El locuaz ultra liberal Javier Milei. El primero un millón de votos. El otro, 210 mil.

Alguna vez en los´90 Carlos Menem acudió a Ramón «Palito» Ortega en Tucumán para ganarle al genocida Antonio Domingo Bussi.  Repitió la experiencia en Santa Fe con Carlos Reutemann para ganarle al socialismo. Nada sirvió: lo del cantautor y el gran piloto de F1.

Como en los 90, Manes y Milei aparecen desde fuera de la política

El debate cultural ofrece avance político del llamado «Partido de los Medios» cuando los grandes sistemas periodísticos, hasta aquí vistos como «expresiones de derecha» por los analistas cercanos al gobierno, que en lo cotidiano bajaron «línea» opositora. Otro dato.

Perón explicaba hace casi medio siglo el secreto del peronismo, desde hace 75 años conservando el voto popular. Los trabajadores, la clase obrera. Siendo que produjo otro fenómeno: el ascenso social brindando bienestar a la clase media.

Consultados algunos votantes del «día después» se advierte mucho descontento social. Nadie cree demasiado en la clase política. «Son todos iguales», dijo uno de los interrogados. La expectativa social bajó con relación al 2019. Menos gente a votar.

Milei se metió en el segmento de los 7 millones de jóvenes que «debutaron» en medio de una creciente indiferencia sobre la clase Política clásica. Los allegados al locuaz candidato que sacó más de 200 mil votos decían «Ven a los políticos como algo malo», se escuchó.

Intelectuales, académicos, periodistas, referentes de un lado y del otro, llevan seis décadas en el debate por los votos de la clase media. Un impacto: Fernando De la Rúa ganando la senaduría por la UCR pleno auge peronista, con la vuelta del General Perón en el 73.

De pronto el laureado economista Pablo Gerchunoff siempre sobre las clases medias de la Argentina viaja hacia el 45 con la llegada del peronismo al Poder. Advierte en un libro con título sugerente: «Una moneda al aire» que los obreros e inmigrantes abandonaron la UCR.

Los tiempos de Hipólito Yrigoyen década del 20 la clase obrera acompañaba al célebre «Peludo» sucesor de Leandro Alem, fundador de la Unión Cívica Radical. Juan José Sebreli crítico del peronismo al que calificó siempre de «autoritario» hace defensa de la clase media.

Desde el periodismo político Norberto Galasso defendió el ascenso social en tiempos del primer peronismo valor que subrayó, un cercano, Adrián Freijo, editor de éstas líneas, en modo explícito, cuando afirmó: «Perón nunca sostuvo, apoyó o gobernó para restarle a la clase media el fruto de su esfuerzo. Por el contrario, siempre aludió a la movilidad ascendente del sector social que desde los 50 es el más alto de su clase en toda latinoamérica.. » escribió Freijo.

La Cámpora: más cerca del poder que de la militancia de los 70

Y añadió: «Y si no es heroica o combativa es por una condición propia de ser justamente «media», el humor social en buena medida depende de ella», aclara. Galasso origen en el Frente de Izquierda Popular, Jorge Abelardo Ramos. Lo de Freijo, peronismo ortodoxo.

En el final, algunas misceláneas. La militancia peronista perdió el ímpetu de «la Resistencia»  los 50 y 60. Tampoco repitió la experiencia juvenil de los 70. «La Cámpora» es un estandarte desde el Poder. En la oposición «la militancia» está basada en el periodismo opositor.

Cuando Cristina aludió hace 6 meses a «funcionarios que no funcionan» algunos creen haberla visto con un manual de Carlos Bilardo. El recuerdo cuando el «Narigón» en su tercer regreso como DT. a Estudiantes, en medio de errores defensivos, gritó: «marquen a los nuestros».

(*) Columnista de La Señal Medios. Libre Expresión y Mundo Amateur.