Por Adrián Freijo – El intendente comienza a realizar sus propias lecturas acerca de la realidad; y sospecha que no siempre le cuidan la espalda. Frente a un pedido del STM, Arroyo ordenó resolver en el sentido correcto.
Cuando se resolvió el largo conflicto con los trabajadores municipales -que significó un paro de varias semanas que llevó la tensión a su punto máximo- Arroyo firmó un compromiso de «discutir los salarios de 2019, a partir del 15 de marzo».
El Sindicato de Trabajadores Municipales asumió que se hablaba en serio y, en base a aquella promesa, solicitó un aumento del 10% con los sueldos de mayo, tomando como base del mismo el haber de marzo. No hizo otra cosa que tomar el índice de inflación del INDEC y agregarle la expectativa que para este mes de abril plantean todas las consultoras nacionales.
Hernán Mourelle esgrimió como argumento para la negativa que no contaba con el presupuesto aprobado por el Concejo ya que, según sostiene, «cuando asistí a la audiencia pública no había nadie por la medida de fuerza que el personal de ese cuerpo estaba llevando adelante». Es sabido que el Secretario de Hacienda ha llegado a amenazar al personal de los bloques del Concejo con no pagar los sueldos de mayo por considerar que aquella «ausencia» le quita la posibilidad de contar con aquel instrumento y que ya no dispone de fondos de acuerdo al anterior.
«¿Qué tenemos que hacer para resolverlo?» preguntó Arroyo, «La audiencia para aprobar el presupuesto» contestó Mourelle, «pero puede ser una muestra de debilidad para mi».
«Hacela» contestó tajante Arroyo…«y pagá lo que pide el sindicato que es lógico y se ajusta a lo acordado en febrero».
Mourelle comprendió enseguida que ya no estaba al mando de la situación. Arroyo, harto de que le cuenten una realidad que no es, resolvió que había llegado el momento de actuar con inteligencia, evitar conflictos innecesarios y comenzar aceptando que aquello de «mi objetivo final es cubrir la mayor cantidad de cargos con personal de carrera», que sostuviese cuando la asunción de las nuevas autoridades de OSSE, comienza por tener en orden la casa.
Y ya no quiere confrontar con el sindicato, máxime cuando sabe que lo pedido se ajusta a la realidad.
Ahora entre el funcionario y el cuerpo legislativo está la solución a dos problemas que proyectan conflictos no tan difíciles de resolver, el presupuesto necesario para funcionar y un aumento que proyecta un escenario de tranquilidad social en el municipio. ¿Primará el sentido común?.
Y la autoridad del intendente…
