HUGO IBARGUREN: UNA DEUDA QUE AÚN PODEMOS PAGAR

Hace 50 años Hugo Ibarguren ganaba para la Argentina -y por supuesto para Mar del Plata- la primera medalla dorada en patín. Una disciplina que le dio mucho a la ciudad; pero él fue el primero.

Medio siglo después la ciudad todavía le debe el homenaje que se merece, aunque su logro haya tenido no tan sólo el valor de ser el primero sino y sobre todo el de haber sido llevado adelante en las condiciones más difíciles y muy lejos de su Mar del Plata y su querido club Mitre.

Un lejano 4 de julio de 1965 «en la pequeña y pintoresca localidad belga de Wetteren, en un circuito callejero», dijo en algunas de sus notas Miguel Alfieri, el patín carrera argentino obtenía su primer título mundial a través de Hugo Ibarguren en los 10.000 metros. Ese día el pavimento estaba mojado y en una de las curvas había un charco muy grande que todo el mundo esquivaba. El patinador argentino se avivó y cruzó el charco pasando del octavo al tercer lugar. Se abrió, los pasó y siguió corriendo dando una vuelta de más sin darse cuenta de que ganó la carrera estableciendo un hito deportivo histórico para la Argentina consiguiendo ser campeón del Mundo.

Hoy es el «Día del Patín Argentino». La sugerencia, la petición o como quiera llamársele, fue hecha en 2001 porAlfieri y poco después lo aprobó la Confederación, en homenaje al logro de Ibarguren que ha quedado en la memoria de tantos marplatenses.

Hoy viviendo en Necochea, dejando allá su sabiduría deportiva en forma de enseñanza a tantos pibes con los mismos sueños que Hugo llevaba en su valija en aquel histórico viaje que, casi sin medios y sin apoyo, emprendió hace medio siglo, nuestra ciudad le debe aún el gran homenaje que merece quien la puso en lo más alto de un podio que después muchos marplatenses pudieron pisar.

Algunos que hoy, por su posición de poder político, bien podrían recordar a quien fue el primero de todos ellos y lejos de cobijar sus glorias en los pliegues del poder, pagó el precio de su coherencia y honestidad intelectual.

Porque en años de prohibiciones y odio, Hugo Ibarguren fue a Madrid a ofrendar su título a Juan Domingo Perón…y eso jamás le fue perdonado por el poder de turno, que se lo hizo pagar.

Llama la atención que en esta Mar del Plata de los reconocimientos fáciles, Amado Boudou sea Vecino Ilustre y Hugo Ibarguren esté olvidado.

Matemáticamente uno supone que en el Concejo Deliberante hay sentados más patinadores que ladrones. ¿Por qué entonces premiar al ladrón y olvidar al campeón?.

A quien le quepa el sayo que se lo ponga. Nosotros, los marplatenses agradecidos, saludamos orgullosos a Hugo Ibarguren, Campeón Mundial de Patín Carrera y campeón de la vida.