Insólito: Arroyo «premió» a la 9 de Julio con un aumento millonario

Un aumento desmedido del cánon que el municipio abonará a la empresa encargada de la recolección de residuos demuestra la falta de gestión de un gobierno que amenaza, grita y no gestiona.

Casi $95 millones de pesos al mes desembolsará el Municipio de General Pueyrredón por el servicio de recolección de basura, 16 millones más de los que venía abonando, de acuerdo a lo publicado en el Boletín Oficial.

Serán $94.978.020 retroactivos a agosto, con un aumento de $87.300.532,97 contabilizados entre junio y julio, siendo que el canon que estaba vigente era de $79.753.394,32.

Esto representa un incremento del 19,05%, lo que, de  arrojará un pago anualde $1.042.186.542,22. El decreto 1823 del intendente fue firmado a fines de agosto.

El aumento es retroactivo al mes de julio, cuando la empresa no brindó el servicio durante 10 días por un conflicto gremial.

Esta posibilidad de aumento la había advertido el portal La Tecla Mar del Plata esta semana, cuando informó que el presupuesto 2018 contemplaba para el servicio un costo total de $1.056.000, lo que ya anunciaba un nuevo aumento.

Un dato que hace más sorprendente el «premio» otorgado por Arroyo es que entre 2017 y mediados de 2018, los inspectores de la División Control de Prestaciones Privadas, encargada de controlar el cumplimiento de los pliegos licitatorios, labraron 3.237 intimaciones, actas y cédulas a la empresa por irregularidades en la prestación del servicio.

Todo hace suponer entonces que el desmedido cánon que se pagará desde el municipio es parte de un acuerdo logrado en aquel mes de julio para levantar las medidas de fuerza, en un momento en el que hasta el gobierno provincial había expresado su temor por la falta de gestión de la administración Arroyo que puso a la ciudad en una situación de riesgo sanitario y falta de higiene en cercanías de las vacaciones de invierno.

Y el intendente no tuvo otra posibilidad que no fuese ceder, una vez más, a las presiones. Lo que demuestra que con el gesto adusto no alcanza para poner en caja las cuestiones públicas que hoy aparecen más que complicadas.

Y caras…por supuesto.