El técnico que dirigió al Real Madrid y a la Selección y que fuera uno de los artífices de la Generación Dorada habla de sus objetivos y su fe en Obras para el Súper 8.
Julio Lamas es una eminencia del básquet FIBA. Dirigió a uno de los mejores clubes del mundo, el Real Madrid, y tuvo una intervención protagónica en la Generación Dorada: fue uno de los arquitectos de la mejor Selección Argentina de todos los tiempos y le tocó ser también la persona encargada de llevar adelante el recambio generacional obligado.
En la actualidad, la Liga Nacional se da un lujo. Lamas, con más de 25 años de carrera, contó a minutouno.com que sólo piensa en que Obras se lleve el Súper 8 y asegura que dirigir en la NBA no lo enloquece: «No tengo ese sueño y no creo que haya un lugar para mí».
Periodista: Hubo un obligado recambio después de una etapa muy exitosa, ¿qué es lo que hay esperar para lo que viene?
Julio Lamas: El recambio empezó en 2013. En 2011 y 2012 se estiró todo lo posible los jugadores Generación Dorada. En 2013 y 2014 empezó un recambio generacional obligado e inevitable. Soy optimista, creo que el equipo puede seguir siendo competitivo. En América venimos de ocho podios consecutivos, uno con este equipo, y en la próxima competición mundial que participemos podemos aspirar a los ocho primeros. La gente del básquet tiene que respetar, estimar y querer a estos jugadores con los que vamos a jugar ahora, sin hacer un desprecio comparativo con la Generación Dorada. Ahora tenemos esto y estos son los mejores del mundo. No se puede hacer ninguna cosa buena si no se respeta y no se quiere a los jugadores que se tienen.
P: ¿Estuviste en el inicio y el que participó en el cierre y recambio de esta Generación Dorada, ¿qué sensación te queda?
JL: Fue un premio, un regalo que pude tener en mi carrera de entrenador poder ser el entrenador de los jugadores de la Generación Dorada cuando comenzaban y en el último tramo. Eso es uno de los mayores orgullos de mi carrera, más allá de los campeonatos que ganamos. El haber sido integrante de ese equipo es un orgullo inolvidable. Ahora hay otro equipo y hay que tratarlo igual y respetarlo igual que el de la Generación Dorada porque en mi experiencia de entrenador para construir algo bueno a tus jugadores los tenés que respetar, estimar y querer. Ahora hay que hacerlo con estos, es la obligación de la gente del básquet y sobre todo los que lo gestionan.
P: ¿La NBA es un sueño hoy por hoy?
JL: No tengo ese sueño. No es plan para mí, no hablo la lengua lo suficientemente bien para dirigir un equipo y ningún entrenador fuera de la competición tiene un conocimiento tan detallado. Hay que ir, integrarse primero dentro de un equipo para conocerlo. Luego, no estoy en el radar de la NBA o dentro del sistema para que un equipo me elija. No es mi objetivo ni tengo ese plan. Hay posibilidades de que dirija cualquier equipo de la FIBA, el mejor equipo de la FIBA, como me pasó que dirigí la Selección Argentina y el Real Madrid, pero en la NBA no creo que haya un lugar para mí.
P: ¿Cómo asistente tampoco? Hubo rumores hace un tiempo de un interés de los Sixers
JL: Ahora no lo veo. También algunas veces me pasó de pensar que no iba a ir un lugar y terminar ahí o al revés. Las versiones fueron totalmente infundadas: tengo una relación con muchos entrenadores de la NBA, el de Philadelphia, Brett Brown, me vino a preguntar por un jugador y a alguien se le ocurrió o imaginó la posibilidad. No tuve nunca una oferta o una posibilidad de ir a la NBA y no lo tengo como un plan para mí.