El ex director del CEMA sostiene que la situación de General Pueyrredón se encamina a un inevitable colapso por la falta de coordinación entre el municipio y la provincia.
Julio Tuseddo, ex director del CEMA y especialista en Gestión de Calidad Asistencial, un profesional con un fuerte compromiso social y político, dialogó con LIBRE EXPRESIÓN sobre la situación sanitaria del partido y su mirada de lo que puede ocurrir si se tiene en cuenta la cantidad de contagios diarios que se conocen por los datos oficiales.
«La situación es crítica. El número de casos diarios ha llevado al sistema a una situación de tensión que hace que hoy tengamos un 99% de ocupación de camas. Si existe hoy alguna libre seguramente se ocupará en forma inmediata y tal vez tardía. Y si se encara tarde un tratamiento en un paciente agudo se achica mucho su posibilidad de sobrevida» afirma Tuseddo.
«Por otro lado se ve que no hay planes de acción de contingencia. Si tenemos todas las camas ocupadas y una Secretaría de Salud que subestima la situación, ¿que va a pasar cuando tengamos un paciente crítico que requiere de terapia intensiva?» se pregunta.
«¿Lo van a derivar a Dolores?, ¿a Balcarce?, ¿a Miramar?…¿o no saben que van a hacer con él?» plantea. «Creo que no saben que van a hacer. De hecho esta pasando hoy; personas en estado grave, con deficiencias respiratorias, que están por horas deambulando en una ambulancia con la sola atención del médico que está a bordo y sin encontrar un lugar de derivación» concluye.
Con respecto al trabajo en conjunto entre el municipio y la Zona Sanitaria VIII nuestro entrevistado sostiene que «están primando los intereses políticos por sobre los de la comunidad. Creo que hay escasa o nula coordinación y el ejemplo que recién ponía es más que claro. Ante la necesidad de una cama de terapia intensiva sería necesario que existiese una respuesta coordinada entre los dos niveles para poder resolver la situación, y hoy eso no existe».
Agrega que «hay otra circunstancia de igual gravedad: el Hospital Interzonal de Agudos (HIGA) está rechazando pacientes por el hecho de tener una obra social. Y es una situación irregular ya que por tener cobertura no se puede negar a un enfermo atención en el hospital público. Y las personas quedan desprotegidas, ya que si van a la clínica que le corresponden las rechazan, por no tener camas, y en el sector público les niegan atención. Así no tienen forma de recibir el tratamiento al que tienen derecho».
Preguntado por la cantidad de hispopados que se realizan Tuseddo no duda en calificarlos de «insuficientes». Sostiene que «deberíamos tener una tasa de positividad por debajo del 10 % y la tenemos por arriba del 50%, lo que habla que estamos haciendo diagnóstico de los infectados muy lejos de lo que es la realidad».
«Por lo tanto no sabemos en que estado está la pandemia, si estamos en ascenso o estamos en meseta. Desconocemos en que situación se encuentra en General Pueyrredón. Ayer tuvimos 340 pacientes en la ciudad, y si decimos que el 5% requiere cuidados críticos concluimos que 17 van a requerirlos en los próximos días y tenemos todas las camas ocupadas. ¿Qué vamos a hacer con ellos?» se pregunta.
Consultado acerca de que es lo que puede hacerse para resolver estas cuestiones nos dice que «desde el punto de vista de la infraestructura creo que nada. Lo que se hizo con la creación del Hospital Modular, con sus camas respiradores y oxígeno necesarios para la atención, fue correcto pero hoy vemos que insuficiente».
«Lo imposible es conseguir recurso humano y ello lleva años, un tiempo que no tenemos» afirma. «Lo que hace falta es planificación para no dejar a los pacientes librados a su suerte. Saber que se va a hacer con ellos, a donde se los va a derivar y como se los va a atender. Una coordinación que hoy no existe y que debería ser natural cuando lo que está en juego es la vida humana» agrega.
La conclusión no es tranquilizadora y debería ser atendida por quienes son los responsables de conducir el operativo de salud en la ciudad y la zona: «si no se toman acciones el colapso es inevitable; las actitudes pasivas nos llevan a una eventual catástrofe» concluye.
Las autoridades sanitarias y políticas tienen la respuesta a todos estos planteos.
Pero…¿las tienen?
