Kirchner quiso comprar Shell y convertirla en un negocio personal

Hace una década que Argentina se mezclan los negocios públicos con los privados. El titular de Shell Argentina cuenta hasta que punto se pasaron los límites y quien condujo al país en estos años.

El presidente de Shell, Juan José Aranguren manifestó este martes que, a su entender, el ex presidente Néstor Kirchner estuvo interesado en 2003 en comprar la filial argentina de la petrolera anglo-holandesa, para crear una empresa nacional de energía.
«En ese momento, estábamos analizando esa posibilidad (de vender) y obviamente no puedo preguntárselo ahora a Néstor Kirchner, pero creo que él pensó en tomar la compañía, de comprarla, de hacerse cargo de la misma», afirmó Aranguren en declaraciones a radio Mitre.
El directivo, quien dejará su cargo en junio para dedicarse a la actividad política, señaló que en 2003 la firma Shell analizó la posibilidad de vender sus activos en América latina, incluidos los que tiene en el país.
«Cuando a mí me designaron Presidente, en el 2003, yo tenía una responsabilidad regional sobre 35 países», explicó Aranguren, quien consideró que en esas circunstancias se desató el conflicto que mantuvo la empresa con el gobierno argentino.
El presidente de Shell recordó que «en noviembre de 2004 se creó la firma estatal ENARSA y tal vez ésa era la posibilidad de que, junto con PDVSA y de alguna otra empresa, de recuperar una empresa nacional de energía, ya que en ese momento no tenían YPF».
Aranguren relató que luego de recibir ofertas de empresas por la filial argentina de Shell, se decidió a no vender sus activos.
«Recuerdo que cuando vino Hugo Chávez, un 31 de enero de 2005 a inaugurar una estación de servicio que ya no está mas, dijo que -esa empresa manejada por gringos va a pasar a manos nacionales-«, prosiguió.
También trajo a colación que el presidente de PDVSA de entonces Rafael Ramírez, «dijo esa tarde por una radio que -piden 1.000 y vale 200-» a pesar de que Shell, según dijo Aranguren, «no estaba negociando» con la venezolana.
«Era una muestra clara que había otro que conocía más información de lo que estaba pasando. Dijimos que no y prácticamente descolocamos al Presidente de un país amigo porque había dicho que estaba interesado en la compañía», relató Aranguren.
El directivo añadió que «un mes y medio después cuando aumentamos el precio de los combustibles 2,7 por ciento porque el costo de la materia prima nos había aumentado 10 por ciento, el presidente Kirchner sale con el boicot».
«No digo que fue una venganza, pero creo que fue una respuesta ante la idea que tenían de tener una empresa nacional», señaló el empresario.
En una crítica a la clase empresaria por su forma de relacionarse con el kirchnerismo en la última década, Aranguren señaló que «hay algunos que prefieren vivir en la zona de confort, que prefieren decir que sí cuando piensan que no».
«Yo no creo que con ello se construya en un país. Tengo la responsabilidad como ciudadano de construir un futuro mejor para mis hijos en el lugar que me toca influir», aseguró en declaraciones reproducidas por DyN.