La campaña sucia apunta ahora contra Arroyo y su gente

Por Adrián FreijoLas maniobras y aprietes salieron a la cancha antes de lo esperado. Ya se sabía que esto iba a  ocurrir pero todo se precipitó y el partido del intendente fue quien sufrió el primer herido.

Todos tienen carpetas sobre todos; y cuando no hay nada que utilizar en la única estrategia de ensuciar al adversario, los supuestos, las versiones y los inventos están al orden del día.

Carlos Fernando Arroyo cedió a las presiones y prefirió preservar a su hijo Guillermo de un carpetazo con mucho de inventiva y poco de verdad que se preparaba por estas horas para perjudicarlo. Primó su espíritu paterno y consideró que no era lógico tener que salir a explicar viejas cuestiones que igualmente, en este mundo en el que lo malo se acepta enseguida como cierto y lo correcto siempre se pone en duda, iban a poner al joven edil en el ojo de la tormenta.

El intendente pierde a quien tal vez más lo haya cuidado en todo este tiempo; pero está convencido que todo tiene un límite y que él no está dispuesto a cruzarlo. El lugar de Guillermo lo ocupará Hernán Tillou, un hombre «con el cuero duro y al que nadie puede decirle nada» sostienen en el golpeado bunker oficial.

Todos en su cercanía saben de donde venía el cachetazo y mascullan bronca frente a quienes dijeron venir a cambiar la vieja política y no dudan a la hora de echar mano a los peores recursos que de ella emanan. Sobre todo cuando los datos con los que se cuenta señalan a alguien que hasta no hace mucho pertenecía al riñón del jefe comunal y fueron defendidos y promocionados por este hasta más allá de la lógica.

«No les va a salir gratis» repetían hace horas cerca del despacho principal de la comuna.»Hay que tener la cola muy limpia para meterse en este juego». Las próximas horas serán agitadas y el vuelto ya se está cocinando a fuego lento.

De la misma usina de difamaciones se preparan ahora operaciones contra Vilma Baragiola y Gustavo Pulti. Dicen los que saben que en ellas trabajan especialistas que no serían ajenos a la inteligencia policial bonaerense.

Por ahora todos se miran de reojo, se desconfían y por si acaso preparan sus propias respuestas. Que nada tienen que ver con los problemas de la gente ni con proyectos de gobierno.

La mugre tomó el centro de la escena y todo indica que vino para quedarse.