LA CONFABULACIÓN DE ARIADNA

La Presidente utilizó nuevamente esas metáforas que siempre sueña le den una imagen de cultura superior y, como tantas otras veces, el inconciente le jugó una mala pasada.

Cristina utilizó en su discurso la leyenda del hilo de Ariadna, aquella joven que entrega a Teseo un ovillo tejido por ella misma que lo ayudaría a salir del laberinto una vez que cumpliera con el objetivo de matar al Minotauro.

Tal vez no fue el mejor de los ejemplos ya que aquella mujer que creía ser dueña del amor eterno del héroe -al fin y al cabo gracias a ella había salvado la vida- fue rápidamente abandonada por quien le estaba agradecido por lo bueno pero no aceptaba que por ello debiera pasar atado a su lado el resto de la vida.

Teseo pronto se olvidó de Ariadna; pero la joven no pudo sobreponerse a lo que consideraba una traición y un desagradecimiento de su «beneficiado» y a pesar de del amor de Dionisio y de los bienes y la riqueza del Olimpo que podía disfrutar, terminó muriendo en circunstancias poco claras en las playas de Naxos…allí donde su pretendido enamorado la había abandonado.

¿De qué murió?…dice la leyenda que se suicidó, aunque nunca quedó en claro.

Sentido de posesión sobre aquellos a los que ayudamos, huída de los sojuzgados apenas ven cerca la oportunidad, rencor, resentimiento, muerte, suicidio no aclarado.

Seguramente Cristina y sus metáforas nunca bien estudiadas no sabían anoche cuan cerca de la realidad estaban.