LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

La Iglesia no se pronunció sobre el paro nacional convocado por las centrales obreras opositoras, que este jueves tuvo alto impacto en todo el país, pese a que el Gobierno intentó minimizarlo.

Fuentes eclesiásticas consultadas por la prensa reiteraron la preocupación de los obispos por la inestabilidad laboral y las dificultades para mantener las fuentes de trabajo.

“Es algo que veníamos señalando, nuestra preocupación por mantener las fuentes de trabajo y eso es lo que hemos vuelto a hacer y que también es preocupación de las centrales sindicales del mismo Gobierno que ha implementado planes para favorecer el mantenimiento del empleo”, dijo días atrás el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano.

El prelado hacía referencia a la reacción del Gobierno, que a través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, polemizó recientemente con los obispos sobre esta problemática tangible en suspensiones y despidos.

Desde los tiempos de Néstor Kirchner en la Casa de Gibierno -y Jorge Bergoglio como Cardenal Primado- la Iglesia expresó en reiteradas ocasiones al gobierno sus temores acerca del perfil que iba tomando el trabajo en la Argentina.

Más allá de la preocupación constante por la desocupación y la sub-ocupación- el hoy Papa Francisco I insistía por entonces en que la cultura del trabajo había desaparecido y que la informalidad, el cuentapropismo y las prestaciones de baja calidad producían nuevas generaciones de argentinos sin especialización, sin carrera laboral y sin seguridades hacia el futuro.

Pasados los años -y agravadas las circunstancias durante el gobierno de Cristina- los obispos vuelven a plantear su preocupación que ahora se inscribe en un  contexto de volatilidad económica y enfrenta tiempos en los que las soluciones parecieran ser mucho más difíciles.

¿Serán escuchados esta vez, cuando todavía puede ser tiempo de correcciones que eviten males mayores?