La economía de Mauricio Macri echa mano a instrumentos «K»

Redacción – Como durante la era «K», el gobierno quiere ponerle precio tope al barril de petróleo para consumo nacional. Además hecha mano a las reservas del Nación para pagar compromisos.

Con una inflación imparable, pérdida de divisas y nulo financiamiento externo, el gobierno de Mauricio Macri amaga con caer en la tentación de «disfrazar» los números por medio de actitudes intervencionistas. Algo que criticó ácidamente durante los años del kirchnerismo y que, hasta ayer nomás, denunciaba como causante de todos los males del país.

El ministro de Energía propuso a los empresarios del sector petrolero una vieja receta kirchnerista de precio sosten o barril criollo para el crudo por debajo del precio internacional.

El ministro de Macri ofreció un precio fijo del barril de 70 dólares, lo que lo ubica a la cotización 8 dólares por debajo del precio internacional del Brent. Durante el anterior gobierno Cristina Kirchner ofreció un barril criollo pero con «precio sostén» de 50 dólares, pero esto estaba por arriba de lo que entonces era la cotización internacional y tenía como objetivo que las empresas se vieran tentadas de invertir en Vaca Muerta.

Claro que la única forma de evitar que las empresas decidieran exportar su producción al mayor precio internacional sería asegurarles un aumento mayor de los combustibles, lo que afectaría fuertemente la actividad económica y sería alcohol en el fuego inflacionario, o fijar cupos de exportación, lo que terminaría por dar razón a las políticas intervencionistas tan estigmatizadas por los ideólogos del actual gobierno durante tantos años.

Lo cierto es que lo que ayer parecía malo, hoy comienza a ser mirado como un instrumento de solución ante la falta de políticas concretas para encaminar la economía.

-El Banco nación otra vez en la mira-

El ministro de Finanzas, Luis «Toto» Caputo sigue siendo el verdadero «dueño de la política financiera del gobierno: quedó al frente de las decisiones cambiarias del Banco Central y también del Banco Nación.

En este mes en que su presidente Javier González Fraga, estuvo de vacaciones, el principal banco público vendió en el mercado único libre de cambios  2.547 millones de dólares. Una política habitual durante la era kirchnerista, que se aguzó cuando las reservas del Central flaqueaban y la toma de fondos de la ANSES amenazaba con desfinanciar el sistema previsional.

Cuando ello ocurría los hombres de Cambiemos, por entonces en la opsición, no solo criticaban la medida sino que adelantaban que si eran gobierno iniciarían acciones penales sobre los responsables de una decisión que según ello «ponía en riesgo la estabilidad del banco nación, además de limitar su capacidad de crédito a productores y empresarios». Hoy parece que ya no es así…

No es la primera vez que la banca pública sale en auxilio del Banco Central para contener la presión del dólar, aunque en algún caso la suerte no fue la misma: desde el Banco Provincia sostuvieron también les llegó el llamado pidiendo que salieran a vender dólares. La primera vez accedieron; la segunda vez dijeron «NO».

Un observador del mercado, preocupado por las señales de desorden y falta de ideas del gobierno, advertía por estas horas que «el mundo comienza a desconfiar de la Argentina y el gobierno no sabe como calmar los temores internos y las dudas externas».

Mientras se multiplican las noticias de cierres, despidos y corridas de precio y pese a que la banca pública ya vendió más de U$S 10.000 millones sin poder bajar al dólar -ni siquiera con una tasa por arriba del 40% que debería hacer atractiva cualquier colocación en pesos- la idea de un gobierno desorientado y espasmódico genera cada vez más dudas acerca del futuro inmediato de la economía.

Y se encienden luces de alarma que ya no pueden disimularse.