La elección uruguaya no pasa desapercibida para la Casa Rosada

Un  fin de semana con dos elecciones que tendrán consecuencias sobre la política Argentina. En Uruguay ninguno de los posibles ganadores nos mira con simpatía.

Los uruguayos elegirán este domingo entre seguir con un gobierno de izquierda o darle una nueva oportunidad a la oposición: ni Tabaré Vázquez, ni Luis Lacalle, son buenas noticias para el kirchnerismo, a pesar de que ambos tienen salvoconductos que operarán en tiempo y forma en la relación con Argentina.

El expresidente uruguayo tuvo, desde que asumió, una relación en deterioro con su otrora amigo, Néstor Kirchner, a raíz de la instalación de las pasteras. Ese conflicto fue escalando a niveles impensables.

Puentes cortados entre ambos países, marchas de asambleístas, acusaciones del gobierno uruguayo al argentino de hacer la vista gorda en este tema, represalias denunciadas en su momento por el embajador Francisco Bustillo y el veto de Vázquez a Néstor para la Unasur.

Si bien el año que le tocó convivir con Cristina Fernández la relación fue fría pero protocolar, no fue sino hasta que llegó José Mujica que los puentes se liberaron y Kirchner fue Secretario General de Unasur. Sin embargo la relación siguió siendo compleja.

A Mujica se le acusa desde Uruguay de ser «servil» al gobierno K. El mandatario afirmaba una y otra vez que había que dialogar y lograr la mejor relación. Sin embargo «esta vieja es peor que el tuerto», frase pronunciada por Mujica, dejó en evidencia que no todo era color de rosa.

O la dura reunión que ambos mantuvieron cuando se inauguró el barco Francisco Papa y Cristina le espetó al visitar el Free Shop: «Mirá Pepe, a vos que no te gusta el consumo», lo que ameritó a puertas cerradas una advertencia del presidente uruguayo. «Este es el último desplante que te tolero», dijo.

Montevideo, NA.