La «Facultad» de Medicina local y un inicio que despierta alarma

RedacciónSin Plan de Estudios aprobado, profesores designados  a dedo, sin espacio físico, discriminación a estudiantes extranjeros y una disparatada política de correlatividades.

Cuando se anunció pomposamente la creación de la Facultad de Medicina que dependería de la Universidad nacional de Mar del Plata, no fueron pocos los que se preguntaron si detrás de la noticia no se escondía una gran dosis de improvisación. ¿Había estructura suficiente para albergar las clases teóricas y las prácticas?, ¿existía un Plan de Estudios aprobado por la  Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU)?, ¿a qué se refería el rector Morea cuando afirmaba que buscaba darse a la carrera «un perfil social»?.

Cuando se dio inicio al ciclo lectivo esas dudas se multiplicaron: ¿estaba el nuevo proyecto en condiciones de «sostener» a 1500 alumnos, que fueron los que comenzaron el ciclo?.

Apenas unos meses después del nacimiento de aquellas dudas, la respuesta a tanta pregunta nos lleva a sospechar que la Facultad de Medicina, que como verá ahora el lector ni facultad es, corre el riesgo de convertirse en una gigantesca estafa real y moral a tanto joven que creyó que en sus aulas podría llevar adelante esa carrera que durante décadas fue reclamada para la ciudad.

a) Programa de trabajo docente: Hasta ahora desconocido; pese a sucesivos reclamos los alumnos exigen que se haga entrega o copia de este. «Nos hacemos eco del poco conocimiento que se obtuvo por parte de los estudiantes a través de la modalidad de aprendizaje que comenzó este año, la cual se hegemonizó en su mayoría por monólogos por parte de los docentes, apoyándose en un “PowerPoint” y en el que  muy pocos docentes se han tomado el trabajo de dedicar su tiempo extra y  algún esfuerzo a la ejemplificación y evacuación de dudas», afirman en un documento elevado por la Agrupación Franja Morada a las autoridades universitarias.

Los jóvenes denuncian que en varias comisiones ha habido casos en que  los docentes no han podido contestar dudas de los alumnos.

La situación se agrava al conocerse que a la fecha el Plan de Estudios presentado por la facultad ante la CONEAU no ha sido aprobado, no existiendo seguridad alguna acerca de que una vez finalizado el trámite los estudiantes no se encuentren con cambios que los obliguen a recursar y rendir total o parcialmente alguna materia.

b) Cuerpo docente: contrariando las normas vigentes, que hablan de la obligatoriedad de llevar adelante concursos para la designación de profesores, la totalidad del cuerpo docente de la facultad ha sido nombrado «a dedo» por las autoridades, siendo sus capacidades cuestionadas por el alumnado.

El propio  ESTATUTO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA, detalla en el ARTICULO Nº29: “…El llamado a concurso público para el nombramiento de los profesores regulares tiene por objeto crear un ambiente que estimule la más intensa actividad intelectual y la mayor preocupación por la eficacia de la enseñanza…”.

Solo en casos excepcionales y de real urgencia Nº38 de la misma norma autoriza la contratación directa que, en el caso que nos ocupa, ha sido masiva. Algunos funcionarios de la universidad, así como diferentes grupos de alumnos de Medicina, sostienen por lo bajo que «la politiquería» tuvo mucho que ver en la designación irregular de un cuerpo docente que hasta el momento no parece estar a la altura de las circunstancias.

Y como corolario de esta situación, la falta de docentes suficientes hizo que diversos exámenes tuviesen que ser tomados por personal administrativo de la casa de estudios, generando la singular experiencia de examinadores que no entendían los contenidos acerca de los cuales interrogaban a los estudiantes. Insólito.

c) política de exámenes y correlatividades: el extenso petitorio elevado por los alumnos habla a las claras de las serias dificultades generadas por la improvisación y la falta de idoneidad de autoridades y docentes.  «De aproximadamente 2200 alumnos que apostaron a la UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA, comenzando la cursada regular, solo un numero, también estipulado, de 700 alumnos ha superado la instancia de parcial/recuperatorio. Queremos resaltar que las dificultades han sido masivas, han sido confusos los exámenes y nos encontramos con las dos primeras materias, ARTI I y FSH I, de las cuales obligatoriamente debe tenerse aprobado el final para continuar con la cursada del resto del año. De otra manera, una cantidad enorme de Alumnos, que han generado gastos y esfuerzos para cumplir un sueño que se aleja de sus manos. Como es el caso de centenas de extranjeros, quienes quedarían en nuestra localidad por contrato de alquiler hasta terminar el año». A la cuestión de la importante cantidad de alumnos provenientes de países limítrofes, hay que agregar las reiteradas denuncias de maltrato y discriminación que dicen sufrir por parte de algunos integrantes del claustro docente y de las propias autoridades de la carrera, lo que debería ser motivo en un futuro cercano de la correspondiente denuncia ante la justicia y ante los organismos pertinentes.

Siguen diciendo los alumnos: «Todos estuvimos en conocimiento desde un principio sobre los criterios de correlatividad. Aunque no contamos con factores como la cantidad de alumnos desaprobados, la cantidad de dudas en correcciones de exámenes, la cantidad de trabajos de campo o ABP que a su vez se debían completar en el periodo de dos cortos meses. ( N de R: lo que se planteó en principio como un cuatrimestre, quedó en los hechos limitado a un escaso período de dos meses).

En lo referido a los parciales y recuperatorios los alumnos denuncian que el tema  «no habría generado tanta repercusión si no fuese por los criterios utilizados de corrección. Habiendo quedado claro el puntaje, los grandes cuestionamientos brotaron ante exámenes corregidos con lápiz, la extensa y “vigilada” revisión del propio examen del alumno, al cual se le prohibió terminantemente solicitar como así indica su derecho, una copia fiel del mismo, una foto o una revisión completa». 

Por último se eleva un petitorio a las autoridades que contiene los siguientes puntos:

1- Ver la posibilidad de otorgar a los alumnos la categoría “Condicional”;

2- La posibilidad de abrir materias como optativas, transversales o anuales (la cual debería haber comenzado, siendo de criterio anual). Recuperatorio, flotante, examen oral.

3- Realizar una recursada, según distintos casos, ustedes consideren o crean condiciones necesarias, dando la posibilidad de mantener las materias.

4- Analizar la posibilidad de una revisión, en la cual se contemplen los errores humanos normales en condiciones de presión de una nueva carrera, quienes hayan desaprobado, no por falta de conocimientos sino por errores en el traspaso.

5-  Contemplar que quienes hayan aprobado los exámenes parciales, no deban volver a re cursar la materia aprobada, solo debiendo presentarse a final.

Ninguna de las propuestas se contrapone con la filosofía de cualquier universidad del mundo que desea contener a sus alumnos y guiarlos hacia el final de la carrera por el camino del conocimiento. Según pudo saber LIBRE EXPRESIÓN, los números reales a la fecha hablan de solo 350 alumnos que habrían aprobado los exámenes y por tanto estarían en condiciones de continuar durante el resto del año la cursada de la carrera.

Y no son pocos los que nos preguntamos si aquella irresponsable linea de largada no habrá llevado a las autoridades a «darse un baño de realismo» achicando la cantidad de estudiantes para sí responder con una oferta mayor a la expectativa despertada por la nueva carrera.

Claro que para agravar el panorama, existen entre los estudiantes sospechas acerca del criterio de selección de quienes son aprobados para seguir adelante; dicen que, casualmente, es muy alto el porcentaje de quienes adhieren políticamente a las autoridades universitarias. Muy grave.

Conclusiones

Muchas cosas no quedan claras cuando se analiza esta primera etapa de una facultad que, para ser sinceros, ni siquiera puede decir aún que lo sea. Efectivamente, por el momento lo que las autoridades siguen definiendo como «facultad» es una Escuela Superior de Medicina que deberá transitar un largo camino, y cumplir muchos requisitos, para lograr aquella calificación.

Si bien nada hace sospechar que la tarea a emprender sea imposible, tal vez sería bueno que informasen a los alumnos y a la comunidad del estado de tales trámites. Por el momento se sabe que no hay un plan de estudios aprobado, que el cuerpo docente no ha sido designado por medio de los obligatorios concursos, que el espacio físico es insuficiente, que las autoridades de la carrera se han vuelto inasibles para los alumnos y que el régimen de cursada deja afuera a más de la mitad de los jóvenes que comenzaron el año.

Si a esto se le suma que «el nuevo paradigma» -que habla de una carrera con perfil social- orienta a los futuros galenos hacia una carrera de perfil sanitarista, tenemos derecho a preguntarnos si la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata es tal o solo una incubadora de empleados públicos futuros al servicio de un proyecto político determinado.

Solo el tiempo tiene la respuesta que hoy no aparece clara…