Un cadáver solitario por más de una hora, documentación dividida en tres destinos distintos y pericias de resultado incierto. La investigación ya fue arruinada.
La jueza Fabiana Palmaghini (foto), a cargo de la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman, planteó fuertes disidencias con la forma en que actuó la fiscal Viviana Fein.
La magistrada no pudo evitar su sorpresa por la forma en la que se llevó adelante el procedimiento en el lugar del hecho así como en el resultado de las pericias posteriores, a las que ordenó rehacer en su totalidad.
Palmaghini, de 56 años, es una jueza respetada en Tribunales, donde hizo toda su carrera desde 1982 cuando a poco de recibirse de abogada, ingresó como auxiliar de un juzgado de instrucción.
La jueza ya tuvo en sus manos otras causas con resonancia mediática. En 2008 instruyó la causa reabierta por la muerte de Lourdes Di Natale, la ex secretaria de Emir Yoma, que falleció tras caer del balcón de su departamento en extrañas circunstancias. Palmaghini también procesó a los médicos que atendieron al periodista Juan Castro, por “homicidio culposo”.
En las últimas horas la investigación pareció tomar otro rumbo, especialmente desde el momento en el que el Secretario de Seguridad Sergio Berni reconoció que transcurrió aproximadamente una hora y media entre el momento en que ingresaron al departamento y el que significó el ingreso al baño en el que se encontraba la víctima.
«Lo hicimos por orden de la fiscal», sostuvo el funcionario, dejando entrever que a todos los presentes les sorprendió la falta de atención cuando aún no se sabía si Nisman estaba muerto o tan sólo sin conocimiento.
Por su parte el juez Canicoba Corral, quien investiga el atentado al edificio de la AMIA, expresó esta tarde su molestia por la falta de claridad con que fueron manejadas las pruebas documentales.
Parte de las mismas se encuentran en su despacho, otras fueron secuestradas esta mañana en la oficina de Nisman por orden de la jueza Palmaghini y las que se encontraban en el domicilio del difunto fueron retiradas a las tres de la mañana sin que hasta el momento quede claro quien lo hizo, por orden de quien y con que destino final. En concreto, el cuerpo probatorio construido por Nisman está hoy dividido en tres partes, sin que se conozca el destino de una de ellas.
Si hasta el momento había dudas es muy probable que las mismas se multipliquen a partir de ahora.
En 48 hs. dos jueces, una fiscal, tres fuerzas de seguridad, un funcionario de gobierno y la propia jefa de estado se encargaron de convertir el caso en un verdadero lodazal que, como siempre ocurre, será ahora muy difícil de corregir.