La salida de Prat Gay tiene lecturas más allá de la economía

Escribe Adrián FreijoPor supuesto que la economía tendrá cambios con la salida del ahora ex ministro. Pero las lecturas políticas, que la marcarán, tienen aún más importancia.

Alfonso Prat Gay llegó al ministerio precedido de dos datos poco alentadores en materia del equilibrio emocional que siempre es necesario en un equipo que pretenda gobernar.

El primero de ellos hablaba de una personalidad difícil, autocrática y poco propensa al debate una vez que en soledad elegía un camino. Para alguien de esas características era claro que la decisión presidencial de dividir en seis pedazos el Ministerio de Economía era un anticipo de los roces que al final se sucedieron.

Claro que pocos pensaban que esas rispideces iban a darse en forma personal con el propio Macri y con el cada vez más poderoso Jefe de Gabinete -una especie de alter ego de Prat Gay en eso de la autocracia- el siempre discutido Marcos Peña.

Las horas previas a la salida del gabinete fueron ricas en ejemplos: antes de su ida al sur en tren de descanso, el presidente ordenó que las primeras líneas de la administración tuviesen reuniones diarias para coordinar todo lo necesario para lo que ya se conoce como «relanzamiento» y que comenzaría con los primeros días de febrero.

La respuesta del economista dejó a todos atónitos y marcó el principio de un fin que ya venía siendo evaluado: «yo no voy a asistir a ninguna reunión en la que no esté el presidente porque no tengo que debatir ni rendir cuentas con nadie más».

Peña le trasladó la inquietud a Macri, esa misma tarde el presidente hizo viajar a Luis Caputo para ofrecerle el cargo –descontando que su cercanía con el propio Prat Gay sería una señal al mercado de que nada marcaría un abrupto cambio de rumbo– y una vez que tuvo la aceptación del funcionario le pidió al Jefe de Gabinete que le comunicara al ministro su salida.

¿Porque la celeridad?. Macri pensaba pedir la renuncia del funcionario luego de terminar sus vacaciones allí por el 10 de enero. Pero la forma en que trascendió la salida durante las fiestas navideñas lo convencieron de no dar largas al asunto, sobre todo frente a cierta inestabilidad en los mercados y el creciente mal humor social que podía exacerbarse en el caso de, por ejemplo, convulsiones cambiarias.

Además el propio carácter del involucrado no aseguraba que, enterado de la jugada, se fuese pegando un portazo y así dejar «pagando» al presidente.

No habrá entonces demasiados cambios, por ahora, en el manejo de la hacienda pública; pero todos sospechan que este ha sido un triunfo del «ala dura» del gobierno –propensa a soluciones de shock en base a ideas fuertemente liberales– y que dicho escenario no demorará más allá de marzo en estar a la vista.

Justamente los «duros» del gabinete señalaban que el renunciado ministro era «demasiado gradualista» y que resolver el drama del déficit fiscal con endeudamiento, como venía haciendo Prat Gay, es tratar de apagar el fuego con alcohol. Sostienen -y al parecer lograron convencer a Macri- que es preferible un fuerte shot ahora que permita una salida más tranquila.

Y frente a la inquietud acerca de como podría influenciar semejante shock en las expectativas electorales, repiten a coro lo que por estas horas admoniza Durán Barba: «no vamos a conseguir nada en donde perdimos el año pasado, así que tenemos que ir a reafirmar la fe del votante allí donde ganamos».

Parece riesgoso; para poner un ejemplo cercano y que todos podamos entender, en Mar del Plata los sondeos hablan de que a octubre de este año que se va solo el 62% de quienes votaron por Macri aceptan la posibilidad de volver a hacerlo.

La otra lectura política -sugestivamente pasada por alto por todos los analistas- es por cierto más inquietante. Alfonso Prat Gay es un dirigente muy cercano a Elisa Carrió, quien fue la mentora de su llegada al corazón de Cambiemos, y nada hace suponer por ahora que esa alianza se haya roto.

¿Fue consultada Lilita?, ¿está de acuerdo con el desplazamiento de su aliado?. ¿Tiene lo ocurrido relación con el insistente consejo de Durán Barba que le pide a Macri que se deshaga de la fundadora de la Coalición Cívica ahora y no corra el riesgo de algún escándalo cerca de las elecciones?.

Todas preguntas cuya respuesta condiciona mucho el escenario político y que seguramente no tardaremos demasiado en conocer.

Ojalá no sea de manera explosiva.