La sanción de la CONMEBOL a Boca sería de una dureza extrema

(Redacción) – El xeneixe quedará fuera de la Libertadores. Además no podrá utilizar su cancha para torneos internacionales por dos años ni intervenir en competencias del mismo tipo por uno.

Para el equipo de la ribera lo ocurrido anoche en su estadio puede marcar una verdadera debacle institucional y deportiva. En un año en el que realizó una millonaria inversión para armar un plantel altamente competitivo, la sola posibilidad de quedar limitado a los torneos locales representa la necesidad de disminuir dramáticamente su presupuesto y prescindir rápidamente de sus nombres más rutilantes.

A ello se suma la pérdida de ingresos por las competencias continentales, algo que en los números habituales del club de la Boca representa una pérdida fenomenal. Tómese como ejemplo que tampoco este año podrá competir por la Copa Sudamericana, lo que le aseguraba en cualquier circunstancia deportiva un igreso inicial de dos millones de dólares que podían llegar a diez en el caso de salir campeón.

Ni que decir del valor marca Boca Juniors que sufrirá sin duda alguna una caída que cualquier experto puede fijar en por lo menos un 50% del cachet habitual que el club argentino cobra por sus amistosos por el mundo.

Y deberá agregarse, pasado el año de suspensión, uno más en el que tendrá que alquilar un estadio para ser local en las eventuales copas que pueda jugar.

Un verdadero desastre, a todas luces condigno de la gravedad de los hechos acontecidos, pero que lamentable y seguramente no servirá para que sus dirigentes entiendan la necesidad de dar una batalla frontal y definitiva a los dueños de la violencia que todos conocen hasta por sus nombres y apodos.

Boca es el primer club argentino que pagará las consecuencias de un doble discurso tan sucio como sucia es la actividad política e institucional en todos los estamentos del país. Y el precio es tan alto que muy posiblemente marque por muchos años las posibilidades del club.

Entre los dirigentes, los barras bravas y las internas políticas se consiguió algo impensable en el último siglo de historia nacional: al menos por un año Boca será un club «chico».