Más allá de los discursos y las buenas intenciones América Latina está muy lejos de alcanzar índices de crecimiento que le permitan revertir la profunda desocupación.
América Latina está en una encrucijada. La desaceleración económica que está afligiendo la región podría poner en entredicho los logros alcanzados tras años de crecimiento sostenido. Elizabeth Tinoco, directora regional para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no reserva palabras alentadoras de cara a los años venideros. Advierte que el último informe elaborado por la institución sobre el panorama laboral del continente es un “llamado de alerta” y que la incertidumbre es el término que mejor define el futuro de millones de trabajadores latinoamericanos. Ahora que las previsiones de crecimiento han sido recortadas a una tasa promedio del 2% para 2015 y que los pronósticos apuntan a un aumento del desempleo, los gobernantes tendrán que resolver el eterno rompecabezas de cómo no echar a perder los avances conseguidos sin dejar estragos en las cuentas públicas.
Pregunta. América Latina está sufriendo una desaceleración económica. ¿Cómo afecta al mercado laboral?
Respuesta. La desaceleración está empezando a impactar, pese a la rebaja en la tasa de desempleo, que del 6,2% ha pasado al 6,1% este año. Parece una contradicción: si la desaceleración impacta en el empleo, ¿cómo puede el desempleo bajar? Resulta que la tasa de participación al mercado laboral ha descendido casi a mínimos. La gente está buscando menos trabajo, está saliendo del mercado laboral o se ha inventado un ingreso en el marco de la informalidad. Pero lo cierto es que el descenso en la tasa de participación ha tenido un efecto positivo en el desempleo.
P. Pero la bajada en la tasa de desempleo es ficticia.
R. Sí, nuestras estimaciones dicen que se han dejado de generar alrededor de un millón de puestos de trabajo. Además, calculamos que por cada décima de rebaja en el crecimiento se dejan de generar alrededor de 100.000 empleos. Estamos frente a un desempleo latente y la tendencia es que suba. Llegará al 6,3% en 2015 y para cubrir la brecha haría falta crecer por encima del 3%. Pero la región no está avanzando a un ritmo deseable para generar más trabajo.
P. Uno de los lastres de Latinoamérica es el empleo informal.
R. El tema de la informalidad es uno de los grandes desafíos de la región. Hay un 47% de empleo informal, lo que equivale a por lo menos 130 millones de trabajadores.
P. ¿Qué están haciendo los Gobiernos? ¿Existen políticas públicas que han funcionado?
R. Años atrás, la informalidad estaba en 50,1% [2009]; ahora está en el 46,8% [2013]. De modo que sí ha habido políticas públicas que están atendiendo el tema. Pero ojo, esto ha sido posible en un contexto de crecimiento económico. La región ha avanzado positivamente […], ahora hay que mantener esos indicadores laborales en un contexto de desaceleración.
P. ¿La previsión es que la cifra de empleos informales se mantenga o vuelva a subir?
R. Creo que el futuro es muy incierto porque estamos frente a una posible crisis laboral, en el sentido que la desaceleración aún no ha llegado a este mercado. Pero el desempleo va a aumentar el año que viene, es una pre-crisis.
P. Seis de cada diez ancianos latinoamericanos no cobran pensión. ¿Cuánto deberían de invertir los Gobiernos para solucionar este problema?
R. Este es otro desafío que está íntimamente relacionado con la desaceleración. Los Gobiernos ya no tienen el suficiente espacio fiscal de la década pasada. Ahora depende de cada país y del grado de crecimiento de cada uno. Otro aspecto importante es el tema de la inversión extranjera. Hay variables que afectan directamente al mercado, como la desaceleración de China, que […] va a golpear sobre todo al sur de la región, mientras en Centroamérica y México la lenta recuperación de EE UU va a ser un factor positivo.
América Latina ha venido reduciendo la pobreza, pero lo que no ha reducido es la desigualdad
P. Entre 2000 y 2012 más de 50 millones de latinoamericanos salieron de la condición de pobreza. ¿Este logro se va a ver afectado por el frenazo económico?
R. Sin duda alguna. Los niveles de pobreza se han reducido gracias también a un contexto de crecimiento. Hoy contamos con 168 millones de pobres, de los cuales más de un 90% está en condición de pobreza extrema. América Latina ha venido reduciendo la pobreza sostenidamente, pero lo que no ha reducido es la desigualdad. Y uno de los motores fundamentales para disminuirla tiene que ser a través del mercado laboral.
P. ¿Las políticas de salarios mínimos están funcionando?
R. El salario en general es un distribuidor fundamental de riqueza y en la región. En el periodo de crecimiento económico se ha incrementado, incluso a unos niveles bastantes elevados.
P. Pero su crecimiento se desaceleró mucho.
R. Hoy ha disminuido. El impacto de la desaceleración se refleja también en el poco incremento tanto de los salarios medios como de los mínimos. Ha sido una medida anticíclica importante que muchos de Gobiernos tomaron en las épocas de crisis […] porque mantiene un ritmo y un poder adquisitivo de los trabajadores que beneficia la dinámica económica del mercado interno.
P. ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la región?
Creo que el futuro es muy incierto porque estamos frente a una posible crisis laboral
R. Crecer más, invertir más en infraestructura, en educación, en transformación productiva. Que el empleo y su generación sean una de las vías fundamentales para lograr un desarrollo sostenible.
P. Habrá que aumentar la productividad laboral.
R. Productividad e informalidad son los dos grandes desafíos que tiene la región. Más productividad y menos informalidad. Esa es la ecuación fundamental.
P. ¿Cuánto hay que invertir para crear empleos de calidad?
R. En términos de inversión neta no tenemos estimaciones de cuánto cuesta un puesto de trabajo. El empleo es una consecuencia del escenario económico. Gran parte del problema del crecimiento de la década pasada es que dependimos mucho de las materias primas. Para avanzar se requieren otros motores, hace falta una diversificación productiva que permita ampliar la naturaleza y la base del crecimiento.
P. ¿Qué palabra elegiría para definir el futuro mercado laboral de América Latina?
R. Incertidumbre. En términos de crecimiento económico y en cómo ese crecimiento se va a traducir en empleo.