¡Los Hermanos Sean Unidos!

(Escribe Dimas J. Pettineroli)En toda Latinoamérica se evoca permanentemente la garra de los argentinos. Lo que surge de nuestras Selecciones, la resistencia a las dictaduras militares, las grandes figuras individuales (el Papa Francisco, Messi, Maradona, Fangio, Vilas, Del Potro, el Che, Manu, Borges, Cortázar, Gardel, Charly, o colectivas como las Abuelas, y decenas de etc’s.) nos agiganta el nacionalismo albiceleste y a la vez nos impone el compromiso de ratificar ese prestigio donde fuere.

“Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto, no defenderla”. Esta contundente afirmación pronunciada hace 180 años por José de San Martín, motivó mi corazón e impulsó a mi mente a reflexionar sobre el tema, aplicándolo a la Argentina de hoy. Y ver si realmente los argentinos están haciendo todo lo necesario ante los peligros que todos reconocen que existen.
Nuestra patria está permanentemente acechada desde adentro y desde afuera. Son los buitres de variados plumajes que están manchando esa visión internacional sobre la Argentina en su conjunto.
Hablar de default, bajar la producción en todos los rubros del campo y la ciudad, una inflación muy próxima a la híper, una moneda triturada de devaluación en devaluación, el aumento brutal de la inseguridad con una delincuencia desalmada, las denuncias diarias de corrupción en los altos niveles de gobierno, una libertad de expresión en retroceso, y decenas de etc’s, nos obligan a preguntarnos ¿Qué está pasando en nuestra tierra amada?
Desde afuera estas circunstancias se ven con mayor claridad y envergadura. Evidentemente se ha eliminado toda posibilidad de dialogo constructivo para buscar soluciones que tengan acompañamiento masivo. Una década de Presidentes que no frecen conferencias de prensa libres ni convoquen a la oposición aunque sea a tomar un café en La Rosada, y se utilice un vocabulario de guerra que solo los lleva al aislamiento, es muy peligroso.
Cuando los mensajes son slogans. Cuando la oposición se limita en un 90 % solo a criticar sin propuestas y el gobierno se enreda (como ahora con los bonistas rebeldes) en batallas sin respaldo popular (cuando seguramente si su actitud hubiera sido opuesta a la estrategia desplegada de hacer sin cambiar ideas con “los otras”) el futuro se torna incierto.
Cierro evocando un texto mágico de hace 142 años:
“Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera –
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea –
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de afuera.

¡Hagámosle caso al Martin Fierro! Sin unidad en la acción, la victoria es imposible.
Un gran abrazo a todos.