El alto costo que paga Argentina para la colocación de deuda

Chile realizó dos emisiones con un rendimiento del 2,02%, y otra a 10 años con un retorno de 1,47%. Por una colocación similar, el Gobierno de Cristina Kirchner pagará una tasa cercana al 9%

En un contexto donde la Reserva Federal no termina de decidir en qué momento elevará las tasas de interés, todos los gobiernos de la región (o casi todos) buscan aprovechar sus ofertas de liquidez. El «casi todos» responde a que el mes pasado, el gobierno argentino colocó u$s1.415 millones en títulos Bonar 2024 con una tasa de casi 9%, bajo legislación local. Es decir, que pagó por su deuda una tasa hasta cuatro veces mayor que Chile, por ejemplo.

El ministro de Hacienda del país trasandino, Rodrigo Valdés, calificó como un espaldarazo de parte de los inversores extranjeros la baja tasa de interés a la que el gobierno chileno colocó ayer dos bonos soberanos por 1.390 millones de euros (poco menos de u$s1.550 millones).

Chile pagó un retorno del 2,02% anual por la colocación de 950 millones de euros a 15 años; y un 1,47% anual por 440 millones de euros a 10 años. En tanto el spread (pago por riesgo) fue de 85 puntos y 60 puntos respectivamente.

«Estos fondos van destinados a financiar el déficit fiscal de Chile y estarán destinados a renovar deuda que vence», dijo Valdés a periodistas. «En total, esto llevado a dólares es un poco más de 1.500 millones de dólares y es parte de los planes que tenía el Ministerio para el financiamiento del presupuesto durante este año», agregó.

La demanda ascendió a 1,9 veces lo ofrecido, dijo Valdés, quien aclaró que aún no se conocía el estado actual de la evolución del déficit fiscal del mayor productor mundial de cobre.

Chile retornó a los mercados de deuda internacional después de dos años en diciembre al colocar un bono soberano por 800 millones de euros a un plazo de 10 años, con un rendimiento histórico de 75 puntos base sobre la tasa libre de riesgo en euros.

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Pero el país trasandino no es el único que seduce más a los mercados que la Argentina. En las últimas semanas salieron a probar suerte Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay. Las tasas se ubicaron entre el 4,15 y el 5,01 por ciento, con plazos visiblemente más largos, de entre 30 y 35 años.

En el caso del gobierno de Ollanta Humala, que salió en marzo a buscar financiamiento para su déficit fiscal de 2016, recibió ofertas casi 8 veces el monto que había salido a ofrecer -545 millones de dólares- y la tasa que aceptó fue del 4,73% anual.

El ejemplo más claro que hoy tiene el mercado de capitales para los países emergentes lo dio México, el mes pasado. El gobierno de Enrique Peña Nieto realizó una emisión inédita a 100 años de plazo por 1.500 euros, en un año realmente complicado por la caída del petróleo y la depreciación de su moneda.

Evo Morales, en cambio, debió dejar en suspenso una emisión reciente por hasta 1.000 millones de dólares. Sin embargo, en su última experiencia, en agosto de 2013, había logrado captar 500 millones de dólares al 5,95% anual y a 10 años de plazo.

Dilma Rousseff también resolvió tomarse una impasse en sus emisiones, pero la última emisión de bonos fue por 1.000 millones de dólares, en septiembre de 2014, a una tasa del 3,89 por ciento. Allá por la misma época, Paraguay se hizo de 750 millones de dólares, a 30 años de plazo, al 6,37 por ciento. Sólo Ecuador, con un default reciente, debió convalidar un costo mayor, del 8,5% anual, en sintonía con la situación que sufre hoy la Argentina.