Macri le devolvió a Cristina la «bomba de tiempo» casi detonada

(Redacción) – El candidato del PRO anunció que el mismo día de su asunción «se acabó el cepo». Con rapidez e inteligencia puso la detonación en el tiempo de Cristina.

La actitud puede ser moralmente discutible; todos sabemos que cualquier explosión inflacionaria termina pagandola la gente, pero también sabemos que el capricho de Cristina en mantener un tipo de cambio retrasado, aumentar el gasto público y hacer crecer el déficit tiene un sólo objetivo: dejar una bomba de tiempo para que le explote al gobierno entrante.

¿Es evitable?, ¿puede la próxima administración abrir el paquete sin encontrarse con la necesidad de un ajuste?. Por cierto que no.

La economía hace mucho que dejó de ser una cuestión voluntarista -por culpa de esta visión el mundo casi estalla en los 70- y no hay manera de evadir algunas cuestiones como las arriba descriptas por afuera de la más pura ortodoxia.

Si la inflación se dispara, hay que retraer el consumo hasta que amaine.

Si el gasto público se desmadra, hay que achicarlo todo lo que sea necesario, aunque en este caso represente acotar los subsidios que hoy suponen una fiesta en el país.

Si el déficit se vuelve inmanejable, hay que ponerlo en caja rápidamente y la actualización del tipo de cambio (en un país exportador) es la única garantía de una competitividad que permita el ingreso de divisas.

Al anunciar el fin del cepo Macri sabe que los industriales, exportadores y comerciantes van a hacer el colchón anti inflación antes del cambio de gobierno.

Y será Cristina, la que pergeñó una jugada impropia de un buen gobernante como es la de preparar la explosión para el que la sigue, la que ahora tendrá que afrontar una disyuntiva de hierro: o hace el ajuste que sus errores exige o le explota la economía en la cara.

Lo que por cierto no se arregla con berrinches ni con cadenas nacionales.