Un religioso mexicano condena los matrimonios homosexuales ante la propuesta de legalizar las uniones en el Estado de Aguascalientes.
Manuel Gutiérrez y Javier Rodríguez están a punto de convertirse en el primer matrimonio homosexual de Aguascalientes (occidente de México). La Suprema Corte de Justicia ha autorizado la unión entre estos dos jóvenes y la decisión ha levantado ámpulas entre el sector más conservador de esta comunidad de 1,2 millones de ciudadanos, en donde casi el 90% son católicos. José María de la Torre, obispo de este Estado, ha sido la cabeza más visible que ha arremetido en contra de estas alianzas: “Mañana cualquier cosa va a ser familia. Se podrá casar un señor con un perrito y van a poder adoptar perritos, darlos en herencia”.
Esta ha sido la segunda ocasión, en menos de un mes, en que el religioso ha agredido a la comunidad gay. El 15 de septiembre pasado llamó “invertidos” a las personas homosexuales y solicitó al Congreso local que diera marcha atrás a la propuesta de matrimonios entre personas del mismo sexo. De aprobarse la iniciativa, en este Estado del país sería legal el matrimonio homosexual al igual que en el Distrito Federal y Coahuila.
Ante sus primeras declaraciones, la comunidad homosexual de Aguascalientes ha presentado una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). “Hay libertad de expresión en México. Yo no los ofendí. Decir que la Iglesia no estará a favor del matrimonio de los homosexuales no es faltar al respeto; simplemente no hay derecho, no tienen derecho”, dijo el religioso en una conferencia de prensa el pasado lunes.
La Iglesia católica no ha querido emitir ningún comentario sobre la postura del obispo, pero ha defendido en múltiples ocasiones su controvertida opinión sobre el matrimonio gay.