Manino dejó la furgoneta del correo y agarró la ambulancia

RedacciónComo caballero andante salió en rescate de Victoria Tolosa Paz, a la que el Frente de Todos dejó en absoluta soledad. Y de paso desempolvó a históricos dirigentes que reaparecieron de la nada.

Las aguas quedaron claramente divididas y además nadie se esforzó porque no se notara. La dirigencia del Frente de Todos local, que responde ciegamente a una Fernanda Raverta que parece no cansarse nunca de conducirlo hacia el abismo, resolvió vaciar de cualquier acompañamiento la visita de Victoria Tolosa Paz y dejar así en claro que la guerra interna se ha desatado y ya no hay voluntad ni para maquillar la decadencia de todo lo que tenga aroma a Alberto Fernández.

Y debió aparecer el hasta ayer maltratado Rodolfo «Manino» Iriart, al que los iluminados del ravertismo  vernáculo le prohibieron cotejar fuerzas en un interna, para armar un cronograma de actividades que por cierto tuvo mayor repercusión del que intentaron por la misma hora la titular de la Anses y los candidatos Virginia Sívori y Ariel Cholo Ciano.

Una caminata por la peatonal, en la que Tolosa Paz conversó con naturalidad con quienes se le acercaron, y un encuentro con dirigentes y referentes del peronismo histórico marplatense en el que se vieron viejas caras que hacía mucho tiempo habían desaparecido de la escena, eyectados y ninguneados por los fedayines de La Cámpora y por Raverta.

Así pudo verse al titular del partido en el distrito Juan Manuel Rappacioli, al histórico Juan Garivoto, a ex concejales como Rodolfo Worschitz, Eduardo Salas y Cristina Di Rado. Una clara señal de que la estrategia del sector no kirchnerista pasa por recuperar al peronismo histórico y que el director del Correo Argentino, que ocupó la centralidad del acto llevado a cabo en el Club San Isidro, se dispone a ser el articulador de esta vertiente.

Y cualquiera sea el resultado de octubre todo parece indicar que se abre una nueva etapa en el peronismo lugareño y que para el kirchnerismo local no será fácil disimular una nueva derrota, máxime si esta es catastrófica. Y es seguro que los apartados de ayer afilan los colmillos para volver por sus fueros y encabezar una reconstrucción que por cierto será muy difícil.

Tal vez por eso Manino dejó estacionada la camioneta del correo y prefirió subirse a la ambulancia y salir, a toda sirena, a recoger heridos por doquier.

Que por cierto no son pocos…

En San Isidro se reencontró gran parte del peronismo histórico convocado por Manino Iriart. ¿Mensaje al Frente de Todos?