Medios, supermercados y gobierno unidos contra Sergio Massa

Por Adrián FreijoEl proyecto de quitar el IVA a los alimentos de la canasta básica une a los grandes intereses contra el tigrense. Medios, supermercadistas y gobierno luchan por instalar que está fuera de carrera.

¿Qué es un lobby?, la definición más ajustada sería la que dice son un grupo de presión formado por personas con capacidad para incidir sobre un gobierno o una empresa, especialmente en lo relativo a las decisiones políticas y económicas. Claro que en ocasiones todos se unen para quitar del camino a quien representa la amenaza de terminar con un negocio que los une, les conviene y del que se aprovechan.

Dejan entonces de ser tan solo un lobby, para convertirse automáticamente en un oligopolio. Y si bien esta definición suele utilizarse tan solo para definir maniobras privadas, en un país como el nuestro en el que el estado es un socio mayoritario en toda la actividad económica, amén de un actor desmedido, no es un error incluirlo en ella.

Y tal es el caso de lo que en las últimas semanas vienen haciendo los citados actores para instalar en la opinión pública la idea de que Sergio Massa está fuera de la carrera electoral. Y es que su plan para quitar el IVA a los alimentos de la canasta básica afecta seriamente a todos ellos y corta maniobras millonarias de enriquecimiento en base a políticas desleales en la formación de precios.

Es sabido que los supermercados vienen estafando a sus clientes con trampas tales como mantener un mismo precio pero disminuyendo la cantidad del producto en góndola y que además se asocian a las grandes marcas en estas maniobras.

Las ofertas del 2×1, descuentos con tarjetas, plásticos propios o días especiales no son otra cosa que la evidencia del colchón de rentabilidad que poseen y la forma en que inflan los precios. Algo que en muchas ocasiones la AFIP ha emparentado con maniobras de manipulación millonaria del IVA. Cualquier idea tendiente a frenar esta política o limitar la cartelización será entonces tomada como proveniente de un «enemigo».

Los medios, que hoy tienen a los híper y supermercados como sus principales clientes,  siguen obedientes la lucha de sus anunciantes y sorpresivamente descubren que Massa «cae víctima de la polarización» cuando en realidad las pocas encuestas serias que se realizan en el país lo colocan a pocos puntos de quien puntea hoy en la intención de voto (Cristina) y en un empate real con el segundo (Bullrich).

Y el gobierno aprovecha la maniobra para sacarse de encima un rival electoral que en realidad le preocupa más que la propia ex presidente: saben que ella no supera un techo del 30/35% -que le puede servir para ganar en octubre pero le quita toda chance para el 2019 y sobre todo la eyecta definitivamente de cualquier posibilidad de conducir al peronismo– mientras una elección del candidato de 1País que lo posicione para las presidenciales puede convertirlo en el líder un una oposición  poderosa en la que converjan legisladores y gobernadores de un «nuevo» peronismo, más institucionalizado.

Todos tienen entonces motivos de peso para unirse en la tarea de sacar a Massa de la cancha y todos ponen manos a la obra, intentando una vez más insidir sobre la opinión pública.

Los supermercados para seguir robando, los medios para seguir facturando y el gobierno para continuar una política económica que hasta ahora se ha olvidado, y mucho, de la gente.

Y también para escuchar el viejo y querido…«plim caja».