Miguel Loayza: se llevó con él la magia del fútbol espectáculo

Por José Luis Ponsico (*) – Falleció Miguel Angel Loayza,. notable delantero peruano que deslumbró en el Sudamericano del´59 en Buenos Aires. Jugó en Barcelona, River, Boca y Huracán.

Falleció Miguel Angel Loayza,. notable delantero peruano que deslumbró en el Sudamericano del´59 en Buenos Aires. Certamen que ganó la Argentina pero que sirvió para consagrar a varios jugadores de Perú. Entre otros al «Maestrito» Loayza de «habilidad infinita» llevado por el club Barcelona de España en el´60,.luego adquirido por Boca en el´61

José Luis Ponsico

Estaba internado en Castelar. Tenía 77 años. Lo velan en Morón (Velatorios Pache) Así informó a Télam, Rodolfo Micheli,  titular de la Casa del Futbolista, mutual a la que pertenecía el ex jugador iniciado en el modesto club El Ciclista de Lima, que con 17 años alcanzó la Primera, en el´57.

«El peruano Loayza uno de los delanteros más habilidosos de los´60. Gambeta corta, con la magia que en la misma época reconocimos a Rojitas (Angel Clemente Rojas)», comentó Juan Carlos Guzmán, 76 años, ex compañero del del fallecido, ambos en River´66, equipo que formó el recordado Renato Cesarini.

Aquella delantera legendaria de Perú en 1959

Se consagró en Buenos Aires con 18 años, cuando vino con la selección de Perú, cuya delantera quedó en la historia del fútbol incaico: Oscar Gómez Sánchez, Miguel Loayza, Juan Joya, Alberto Terry y Juan Seminario. Le hicieron cinco
goles a Uruguay (5-3) con tres goles del «8» que al toque lo vino a buscar Barcelona de España.

En 1961 lo adquirió Boca Júniors que tenía al brasileño Paulo Valentím, centrodelantero, también a Ernesto Grillo al regreso del Milan y recién llegado Dino Sani, notable mediocampista que formó parte del seleccionado de Brasil,
campeón del mundo en Suecia´58.

Loayza durante su paso por Boca

Sin embargo, Boca no fue campeón. Ese año ganó Racing con otro gran equipo y un ataque inolvidable: Corbatta,
Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén. Loayza emigró primero a Rosario Central, luego a Huracán. En Patricios, 35 goles
en 77 partidos. Lo idolatraron.

Su paso por «el globito», deslumbrante. Habilidad pura, todos los portales de Huracán recuerdan «al peruano Loayza» por su gambeta endiablada y guapeza. Renato Cesarini lo pidió para River. Finalista Copa Libertadores´66, aunque él estuvo en el banco cuando River cayó ante Peñarol de Montevideo, en Chile (2-4)

Huracán también disfrutó de su magia

Su ciclo exitoso en Colombia lo hizo poco menos que «inmortal» en el Deportivo Cali, ganador de tres torneos con Miguel
Angel Loayza entre 1969 y el´71. «Quedó para siempre en el corazón de los caleños» comentó el propio «Fito» Micheli
que lo trató mucho junto a la «Garza» Guzmán en los últimos años.

«No hace mucho en el Congreso de la Nación, el Senado honró a figuras destacadas del fútbol argentinos de los 60» evocó Guzmán. «Además de Luis Artime, Silvio Marzolini, Ubaldo Rattín, Daniel Onega, entre otros, el peruano Loayza como extranjero destacado resultó otro de los homenajeados», concluyó su ex compañero.

River y el mal recuerdo de Chile 1966

Dos recuerdos que podrían compartir muchachos del portal «En una Baldosa»: 1965, cancha de Huracán. Pudo ser
Platense, rival. Miguel Loayza encara por la derecha. Pasa a uno, pasa a dos. Queda apretado por la raya de fondo. Pega la vuelta, pasa a uno, pasa a dos. Gambeta sutil, cortita. La jugada no terminó en gol.

En «el globito» todavía recuerdan la apilada del «Maestrito» Loayza, considerado junto a Oscar Pablo Rossi, antecesor, dos prestidigitadores del «globito».

Su habilidad lo llevo al Barcelona

Verano del 68. Estadio Gral. San Martín. Mar del Plata. Pudo ser febrero. Boca 3 San Lorenzo 1. A Boedo estaban
llegando Victorio Cocco, el uruguayo Sergio Villar y el sutil delantero Carlos Veglio, ex Deportivo Español. Esa noche
Angel Clemente Rojas, inmortal «Rojitas» revivió al genial delantero incaico

Arrancó por la derecha. Eludió a uno, a dos. Quedó apretado por la raya de fondo. Pegó la vuelta. Dejó atrás a Juan Carlos
Sconfianza, popular «Papito», quiso enviar al popular «Cintura mágica» al Hospital Regional, reinaugurado. No fue gol.

La apilada quedó grabada en antología futbolera marplatense y en el recuerdo de los habilidosos de la época. Sucesores del genial Herminio («Pierino») González, cultor del arte, «nada por aquí, nada por allá». Herederos del «Mago Fa Fa». Otros tiempos

(*) Columnista de la Agencia Télam, La Señal Medios y Libre Expresión