«Somos como Juan bautista. La figura del Juan el Bautista es el que lucha contra el mal, tal es así que esta lucha les va a costar que le corten la cabeza» dijo en analogía con lo que viene en el país.
Somos como Juan Bautista, precursores, Juan vino a servir y nuestra tarea también es el servicio a los más pobres. El precursor sabe que viene otro y prepara el camino. Nosotros queremos preparar el camino del Señor con nuestra vida.
La figura que se nos presenta es la de un hombre que rompe con las estructuras religiosas, políticas de la época y se despoja, se va al desierto. Allí comienza su profecía denunciando y llamando a la conversión del corazón. La figura del Juan el Bautista es el que lucha contra el mal, tal es así que esta lucha les va a costar que le corten la cabeza. Pero no todo es malo.
El Evangelio de hoy es que se alegra la casa por un nacimiento. Y nosotros también nos alegramos por habernos convocado acá y compartir. Aunque a veces quieran enmudecernos como a Zacarías. Y bueno, tendremos que hablar en el tiempo que haya que hablar, y callar cuando haya que callar. Y finalmente una acción, que es el servicio a los más pobres. Casualmente el nombre de Juan quiere decir “el que es fiel a Dios”. Y nosotros queremos serles fiel a Dios en el servicio a los pobres.
Dice Mateo 25: tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve preso y enfermo. Podríamos decir estaba desconsolado y me consolaste con un abrazo, estaba angustiado y me pusiste la oreja y me escuchaste, estaba renegado y me diste confianza. En Mateo 25 hoy se cumple también en la acción que nosotros hacemos al servicio de los más pobres.
Pidámosle a la Virgen, que es la Madre Nuestra Señora de Luján, confiar como ella. Porque ella denota esperanza, y nosotros tenemos esperanza en Dios. Y como comunidad, como pueblo es la espera confiada. Los ojos de la Virgen de Luján miran a su pueblo. Nos encomendamos también en ella en este camino de esperanza.