Municipales: entre aprontes y partidas, muchacho te quiero ver

Por Adrián Freijo Alerta y movilización, dos palabras que mes a mes aparecen «por si las moscas». Y a veces los insectos llegan y otras tantas son falsa alarma. Pero esta vez lo que no se ve asusta.

El Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) resolvió declararse en estado de “alerta” a la espera de que en las próximas horas la gestión del intendente Carlos Arroyo deposite en “tiempo y forma” los fondos requeridos para cumplir con el pago de los salarios.

La medida fue adoptada este jueves por la comisión directiva y el cuerpo de delegados, que remarcó que la comuna está obligada a pagar los haberes correspondientes al mes de septiembre no más allá del “quinto día hábil” de este mes. Aunque desde el municipio, nuevo millonario descubierto mediante, se asegura que se cumplirá con el compromiso salarial.

Más deuda, más compromiso a futuro….siga, siga el baile.

Pero es justamente el futuro el que se llena de nubarrones y por eso da la sensación de que los municipales abren el paraguas por si acaso. Hay rumores de un fuerte ajuste y la próxima semana será fundamental para entender hasta donde puede llegar.

Del acuerdo paritario logrado a principio del año surge que en este mes de octubre debería aplicarse automáticamente un aumento equivalente a la inflación acumulada en los meses de julio, agosto y septiembre. Y aunque aún no exista un número acerca de lo ocurrido en los últimos 30 días, todo indica que la suma del trimestre consagrará un dígito levemente por arriba del 5%.

¿Estará dispuesto a pagarlo la administración que ahora conduce ya sin tapujos la gente de María Eugenia Vidal que viene exigiendo u8n ajuste que necesariamente pasa por el desmadrado gasto en personal?. ¿Se atreverá la gobernadora a lanzar semejante desafío a pocos días de una elección?. ¿O será como sostienen en su cercanía que la gente ya reclama que no se siga utilizando el 100% de su dinero volcado a las tasas para pagar sueldos de una administración que además brinda un servicio al menos mediocre?.

Mientras tanto, todos saben que Carlos Arroyo ha pasado a ser un actor de reparto que deberá poner la mejilla, calladito y sin chistar, si desde la ciudad de las diagonales le ordenan recibir el cachetazo. La orden es clara y esta vez no le dejarán pasar sus habituales disparates dialécticos.

Eso lo saben en el sindicato y quieren primerear: temen que si desde La Plata se anuncia el ajuste la opinión pública se ponga del lado de la gobernadora.

Hay en el aire una sensación de que algo importante está por pasar; y son muchos los que presienten que no necesariamente será bueno.