El escritor uruguayo Eduardo Galeano, fallecido ayer en Montevideo a los 74 años de edad, será velado a partir de hoy en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
Pero los pasos de Galeano seguían sonando ayer en Montevideo, especialmente en la Ciudad Vieja que tanto visitaba el autor de Las venas abiertas de América Latina.
Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios. Las venas abiertas de América Latina se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el escritor, en aquella época no tenía los conocimientos suficientes: “[Las venas abiertas] intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria. No me arrepiento de haberlo escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada”.
El Café Brasileño (dígase “brasilero”) evitaba cuidadosamente toda señal de luto, con su dueño defendiéndose con uñas y dientes de los periodistas. Todo Montevideo sabe que Eduardo Galeano era un asiduo del local, que le gustaba sentarse en una de las mesas cercanas a la ventana y tomarse un café. “No vamos a decir nada, no vamos a hacer declaraciones. Por respeto a la familia. Era más que un cliente, era nuestro amigo. No vamos a hacer nada ni a decir nada”, repetía el dueño.
Galeano llevaba una semana en estado grave ingresado en un sanatorio de la capital. Desde 2007 padecía un cáncer de pulmón que se había agravado y sus apariciones públicas eran cada vez más escasas.
En la librería Linardi y Risso, especializada en libros antiguos, el propietario contaba que Galeano pasaba regularmente. “Buscada siempre libros sobre la historia política y social de América Latina. Venía por algo concreto, sabía lo que quería”, explicaba Andrés Linardi. La tienda vende una primera edición de Las Venas Abiertas de América Latina, “hasta hoy unos 400 dólares” y mostraba una dedicatoria del autor con uno de sus dibujos, el famoso “chanchito” de Galeano. El escritor se había reservado los derechos de sus libros en Uruguay y los publicaba con su sello, precisamente Ediciones el Chanchito. Así, sus obras alcanzaban un precio menor en el mercado local.
El semanario Brecha prepara una edición especial sobre Galeano, uno de los fundadores de esta publicación, heredera de Marcha, otra de las referencias de la prensa de izquierdas de América Latina. La directora de cultura, Rosalba Oxandabarat, explicaba que el escritor fue un apoyo constante para la revista e llegó a donar uno de los premios que recibió para financiarla. “Lo que más destaco de él es su independencia, su libertad de cátedra dentro del compromiso”, relataba Oxandabarat.
El senador José Mujica dijo que Galeano era “un elegido” que “a los largo de los últimos cuarenta años nos dignificó en América Latina”. El expresidente añadió que el escritor era “un autodidacta que se fue puliendo así mismo y masificó una cultura difícil de encontrar en un universitario”.
En las pasadas elecciones, Galeano volvió a mostrar apoyo al izquierdista Frente Amplio, lo que motivó una carga de la oposición del Partido Nacional, que en su programa proponía impulsar otros referentes culturales.