NUESTRA POLICÍA

Se celebra hoy el Día de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y es entonces un buen momento para reflexionar acerca de su historia, su presente y su futuro. Porque fue y será nuestra policía.

Esta fecha conmemora a aquella en que en el año 1880, como consecuencia de la federalización del territorio cedido por la provincia para asiento de la capital de la Nación, se procedió, además del traslado a la nueva capital provincial a una amplia reestructuración institucional que se mantuvo por muchos años.

Muchos confunden esta fecha, con el nacimiento de la Policía Bonaerense, que fue el 24 de Diciembre de 1821, mediante la sanción de la Ley 536, durante el gobierno encabezado por el Gral. Martín Rodríguez, a quién secundaba como Ministro de Gobierno D. Bernardino Rivadavia.

La promulgación de la Ley del 13 de diciembre de 1880 marca el inicio de la era moderna institucional, con los entonces ‘Comisario de Ordenes, Meritorios y Partidas de Campaña. La Jefatura se estableció en La Plata y el edificio de Policia fue uno de los fundacionales, siendo proyectado por el Ing. Pedro Benoit. Estaba dividido en tres partes: Departamento de Policía , Cárcel de Detenidos y Cuartel de Bomberos.

A lo largo de su historia la institución pasó por muchos momentos buenos y otros tantos malos. Utilizada por el poder político en su propio beneficio, fue obligada a participar en guerras externas y durante décadas en la represión interna. Esto último marcó el momento más difícil de su relación con una comunidad hasta entonces acostumbrada a confiar su seguridad al «vigilante de la esquina», toda una garantía de integridad casi familiar al que el ciudadano no dudaba entregar el cuidado de sus bienes y seres queridos.

Las política erráticas aplicadas a la policía provincial desde el retorno de la democracia y la baja remuneración y preparación de sus efectivos -muchas veces encarados con criterio cuantitativo y no cualitativo- plantean hoy la necesidad de avanzar en una política de fondo que no solo tiene que ver con la depuración del cuerpo sino y sobre todo por la calificación de sus miembros que deben convertirse en profesionales técnicamente preparados, dignamente retribuidos por su delicado trabajo y  sobre todo emergentes de una sociedad a la que se parezcan y se parezcan.

Pero nadie podrá negar que en las particulares condiciones del mundo actual, cuando gran parte de los problemas más graves que el ciudadano debe afrontar están vinculados a actividades ilegales, los  bonaerenses necesitamos que se entienda como prioridad nuestra necesidad de contar con una policía moderna, efectiva y profesional.

Y que la Policía de la Provincia de Buenos Aires, por antecedentes históricos y por inserción comunitaria, reúne todas las condiciones para ocupar en centro de la escena cuando de cuidar a la gente se trata.

A todos sus integrantes, al recuerdo de tantos caídos en cumplimiento de su deber, a la confianza que el pueblo tuvo en ella y deberá recuperar, a la necesidad de dotarla de una autonomía suficiente como para protegerla de los manejos demagógicos y corruptos de un poder político que no logra evadir la tentación de utilizarla en beneficio propio, LIBRE EXPRESIÓN les desea un feliz día y un futuro a la altura de sus merecimientos.

Pese a todo, sigue siendo NUESTRA policía.