El presidente asegura que «el mayor peligro» del Viejo Continente son los problemas de convivencia. «Nuestra población musulmana sí se siente americana».
Les separaba el acento y el tono, ya que uno es un primer ministro en busca de la reelección en mayo y el otro un presidente de salida. La comparecencia ante la prensa este viernes del primer ministro británico, David Cameron, y el presidente de EE UU, Barack Obama, fue una muestra de unidad transatlántica en toda regla. Hasta que se habló de la integración de minorías y la amenaza que supone para Europa que esta no exista.
“Nuestra población musulmana se siente americana”, declaró Obama en lo que quizá fue la única fricción con su homólogo británico. “Sin embargo, hay partes de Europa donde este no es el caso”, prosiguió Obama para finalizar declarando que ese era “el mayor peligro” que enfrentaba el Viejo Continente.
Cameron —sorprendido, quizá irritado— no dejó sin respuesta la realidad que Obama ponía sobre la mesa. Con las imágenes todavía recientes en la retina de terroristas yihadistas en las calles de la vecina Francia, gritando “Alá es grande” tras asesinar a 12 personas en la sede del semanario Charlie Hebdo en París, el mandatario británico dijo que era un error tratar como bloques separados a distintas comunidades, que era necesario hablar de Europa como una sociedad multiétnica de grandes oportunidades.
“Algunos lo tenían todo”, dijo Cameron, defendiéndose a sí mismo y al resto de Europa y excluyendo que existan guetos. “Así que no perdamos de vista la venenosa narrativa que esto implica, nunca perdamos de vista el verdadero corazón del asunto”, enfatizó Cameron.
Tras la corta pero profunda marejada, ambos estadistas se comprometieron a buscar juntos justicia para Francia. El terrorismo yihadista “es un problema que rompe el corazón, es una tragedia llena de destrucción”, dijo Obama. “Pero vamos a acabar con él”.